Un yate de cinco millones ha aparecido varado en una playa de Valencia. Nadie sabe cómo ha llegado hasta allí
El Nordic Lily es un precioso yate de 25 metros de eslora (largo) y unos seis metros de manga (ancho) que navega bajo pabellón británico y está valorado en unos cinco millones de euros.
Es un yate de esos que es habitual ver en las marinas de Marbella, Valencia o Mallorca en temporada turística. Lo que no esperas es encontrártelo varado en la playa de Pinedo (Valencia) mientras arrastras la nevera y la sombrilla en busca de un hueco cerca de la orilla.
El accidentado “atraque” del Nordic Lily. La historia del incidente que ha protagonizado el yate comienza al más puro estilo de acción, con la evacuación en plena noche de su propietario en un helicóptero de Salvamento marítimo al hospital de La Fe de Valencia por motivos desconocidos, dejando a dos tripulantes más a bordo de la embarcación.
Las autoridades del Ministerio de Transportes y Movilidad sostenible están llevando a cabo una investigación sobre lo sucedido, pero no han dejado claro si el varado de la embarcación se produjo como consecuencia de los problemas de salud de su propietario.
Hipótesis sobre la causa del varado. La playa de Pinedo en la que se ha producido el incidente se encuentra justo enfrente de la zona destinada a las maniobras de entrada al Club Náutico de Valencia, donde las embarcaciones deben trazar una curva para encarar la estrecha entrada a la marina valenciana. El Nordic Lily inició la maniobra de entrada al puerto, pero por algún motivo no la terminó quedando encarado hacia la playa de Pinedo en la que terminó varado.
Un reflote accidentado. Si el varado del millonario yate ha sido accidentado, su reflote tampoco ha estado exento de incidencias. Las autoridades Capitanía Marítima detectaron una vía de agua, por lo que se denegó cualquier posibilidad de reflote hasta que la avería fuera reparada. Una vez ejecutada, se procedió a planificar su reflote.
Existía la posibilidad de que, al remolcarlo, se pudieran producir daños en el casco y provocara un vertido de combustible en la playa. Eso hizo considerar la posibilidad de dragar parte del fondo de la playa, creando un camino por el que remolcar el yate hasta que recuperara su flotabilidad. Según publica el diario local Las Provincias, estas tareas han requerido la intervención de dos excavadoras de gran tamaño y remover 600 toneladas de arena.
Un trabajo sincronizado que no se coordinó. Los trabajos de reflote debían ser una maniobra conjunta entre las excavadoras de tierra que despejaran la arena, y unos remolcadores desde el mar que fueran tirando lentamente del yate. Sin embargo, las dos embarcaciones, que tenían que desplazarse hasta Valencia desde el puerto de Denia, llegaron con mucho retraso. Cuando por fin comenzaron las tareas, uno de los cables de remolque se rompió, por lo que volvieron a suspenderse para reponerlo.
La odisea llega a su fin, pero no va a ser barata. Finalmente, durante el fin de semana se terminaron los trabajos de reflote del Nordic Lily y se remolcó el yate hasta los muelles de Valencia Mar. Según publica el diario Las Provincias, desde Capitanía Marítima se indica que el propietario del yate deberá cubrir los gastos ocasionados por el incidente en la playa. “Tanto el reflotamiento, como el remolque, las tareas de asegurar la zona del accidente y la reposición de la playa a su estado original correrán a cuenta del propietario del yate”, indican las autoridades en un comunicado a ese medio.
Una atracción turística para la zona. Numerosos curiosos se han acercado a la playa de Pinedo a hacerse selfies y a inmortalizar la curiosa escena de un yate de lujo encallado en la arena de una playa de Valencia.
Aunque no tiene las dimensiones del Koru de Jeff Bezos o del Launchpad de Mark Zuckerberg, que ahora fondea en aguas de Mallorca, cuenta con algunos lujos a bordo como gimnasio, spa o un cine privado. El Nordic Lily salió de los diques del armador italiano San Lorenzo y pertenece a la gama SL78, que permite personalizar todo el interior de los cuatro camarotes que ofrecen alojamiento para ocho invitados y dos tripulantes.
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Imagen | San Lorenzo Yatch