Europa se ha pegado un tiro en el pie: la burocracia está retrasando la construcción de la fábrica de Intel en Alemania
Cuando esté lista, la fábrica que va a construir Intel en Magdeburgo (Alemania) será una de las plantas de semiconductores más avanzadas del planeta. De hecho, presumiblemente estará equipada con las máquinas de litografía de ultravioleta extremo (UVE) y alta apertura, que son las más sofisticadas que produce ahora misma la compañía neerlandesa ASML. Pese a su ambición, la puesta a punto de esta planta no está siendo en absoluto un camino de rosas para Intel.
A mediados de junio de 2023, y con el proyecto ya pactado con el Gobierno alemán, Intel le pidió que incrementase la subvención que habían pactado inicialmente. El coste estimado de esta planta ascendía en ese momento a 17.000 millones de euros, pero el encarecimiento de la energía y el incremento de los gastos derivados de la construcción como consecuencia de la inflación iban a provocar que estas instalaciones fuesen más caras de lo previsto.
Finalmente la compañía liderada por Pat Gelsinger recibirá una subvención de 10.000 millones de euros. No obstante, Olaf Scholz, el canciller alemán, puso una condición: Intel recibirá una subvención más alta que la que habían pactado inicialmente, pero tendrá que incrementar notablemente su inversión. Esta respuesta del Gobierno alemán refleja con claridad que quiere asegurarse de que, efectivamente, el coste final de la planta se incrementará desde los 17.000 millones de euros presupuestados inicialmente a los 30.000 millones estimados por Intel.
La aprobación de la subvención está retrasando la construcción de la fábrica
Los números ya están cerrados, pero la Autoridad de Competencia de la Unión Europea todavía no ha aprobado la concesión de la subvención de 10.000 millones de euros pactada con Intel. Además, una parte del suelo sobre el que estará ubicada la planta está calificado como “suelo negro”, conocido en inglés como black soil. Este tipo de suelo es extraordinariamente fértil gracias a su alto contenido en materia orgánica y minerales, por lo que debe ser extraído de su ubicación original antes del inicio de la construcción de la fábrica para ser reutilizado en otro lugar.
La fecha que barajan ahora mismo Intel y el Gobierno alemán para iniciar las obras de construcción es mayo de 2025
Inicialmente las obras de construcción de la planta de Magdeburgo iban a empezar durante la primera mitad de 2023, pero la negociación de las subvenciones obligó a retrasar esta fecha hasta el verano de 2024. El problema es que el estío ya casi está aquí, y las subvenciones siguen sin estar aprobadas, por lo que la fecha que barajan ahora mismo Intel y el Gobierno alemán para iniciar las obras de construcción es mayo de 2025. De hecho, en ese momento debería comenzar la retirada del suelo negro que debe ser transportado a otra ubicación.
Si no se producen más retrasos la fábrica de Magdeburgo debería estar lista para iniciar la producción de semiconductores a finales de 2027, o, como muy tarde, a principios de 2028. Pero todo tendrá que ir como la seda para que esta fecha de puesta en marcha sea posible, y con frecuencia los proyectos de esta envergadura se ven lastrados por problemas que no resultan fáciles de prever. Europa se ha propuesto producir el 20% de los circuitos integrados del mercado mundial en 2030, y la planta de Magdeburgo tendrá un rol fundamental en este plan. Sin ella difícilmente llegará a buen puerto este propósito, por lo que más vale que la Administración europea, la alemana y la propia Intel se empleen a fondo.
Imagen | Intel
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