Rusia ha encontrado una reserva insólita de petróleo y gas. El problema es que está en la Antártida de Argentina
Que una nación encuentre una cantidad insólita de petróleo y gas debería ser una noticia estimulante en clave económica para el país afortunado. Sin embargo, hablamos de Rusia y de un enclave como la Antártida. Dicho de otra forma, el hallazgo de reservas que ascienden a 511.000 millones de barriles de petróleo crudo es, en clave geopolítica, todo un galimatías con dudas y tensiones que prometen ir en ascenso en las próximas semanas. Esto es lo que sabemos.
Una cantidad insólita de “oro negro”. La noticia comenzó a circular en el Reino Unido. Según las pruebas presentadas al Comité de Auditoría Ambiental (EAC) de la Cámara de los Comunes del país, embarcaciones rusas ha descubierto enormes reservas de petróleo en el Mar de Weddell de la Antártida. Las cifras hablan de 70.000 millones de toneladas de petróleo y gas enterrados bajo la plataforma, lo que equivale a alrededor de 10 veces la producción del Mar del Norte en los últimos 50 años (y suficiente para satisfacer la demanda mundial durante 14 años).
Esa tierra es mía. Que la noticia saliera de Reino Unido no es baladí, ya que el Mar de Weddell es un reclamo histórico de Gran Bretaña, aunque para enmarañar todo un poco más, junto a Chile y Argentina, quienes también reclaman su bandera. Por su parte, el gobierno argentino se mantiene en silencio, y mientras las naciones analizan lo que está ocurriendo, no hay certezas claras respecto a que la acción rusa sea efectivamente una “prospección”.
Tratado Antártico. La legislación del sitio más inhóspito del planeta se marcó en 1959 con el famoso tratado, un marco diseñado para garantizar la coexistencia pacífica y la cooperación científica en el continente más austral de la Tierra. Entre los 14 artículos del mismo, hay una resolución según la cual la Antártida será “utilizada únicamente con fines pacíficos”, y se prohibirán las “actividades militares y el establecimiento de bases militares en el continente”. Por ello, los desarrollos petroleros en el área están prohibidos, de ahí la tensión de estos días.
De las 12 naciones activas en la Antártida en el momento en que se firmó el tratado, nueve habían presentado reclamos territoriales sobre el continente o se habían reservado el derecho de hacerlo. En cualquier caso, todas las partes acordaron que sus diferencias políticas no deberían interferir con la investigación en el continente y, como régimen de desarme, el tratado ha ayudado a prevenir disputas territoriales hasta ahora.
Preocupación internacional. Desde Reino Unido, expertos en geopolítica expresaron su preocupación de que Rusia esté recopilando datos sísmicos que podrían interpretarse como prospecciones en lugar de investigaciones científicas. La invasión rusa de Ucrania tampoco ha ayudado, elevando la preocupación de las relaciones del país con el mundo occidental.
Rusia, China y la protección de la Antártida. En junio de 2023, la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) celebró una reunión especial para intentar resolver un estancamiento en la creación de más áreas marinas protegidas en la Antártida. China y Rusia frenaron el progreso en este sentido al exigir más datos. No solo eso. En realidad han estado bloqueando propuestas para expandir las Áreas Marinas Protegidas desde que Australia propuso por primera vez la idea.
Imagen | NASA, Visual Capitalist/World Factbook