Hay un lugar al que los barcos van a "morir": así es el enorme cementerio de cruceros en la costa de Turquía
El reciclaje es un tema muy controvertido debido a que, durante años, lo hemos hecho mal. Tan mal que puede que la IA sea la herramienta clave para hacer que nuestro sistema de reciclado deje de estar roto. Se siguen proponiendo medidas para que el reciclaje sea más eficiente en industrias como la de la telefonía móvil, pero si hay una gran máquina recicladora a nivel mundial, esa es la de la industria naval.
Existen unos enormes cementerios en los que se da una segunda vida a los grandes cruceros. Y en Turquía está uno de los más importantes.
Velocidad de crucero… al punto limpio. La pandemia causó estragos en todo el mundo, afectando a multitud de sectores, y el de los cruceros vacacionales no fue una excepción. Aunque después de la crisis se empezó a reactivar la actividad, varias compañías vieron que no había demanda y decidieron reciclar (venderlos por piezas a los astilleros) algunos de sus barcos más veteranos. El destino fue el astillero de Aliaga y un ejemplo de estos hoteles flotantes enviados al despiece es el de los buques ‘Inspiration‘, ‘Imagination‘ y ‘Fantasy‘, de la compañía Carnival.
Vamos por partes. Cuando hay que desmantelar un barco, el proceso es “sencillo”. Esto es algo común en los astilleros de desguace tanto de países en desarrollo (donde los barcos varan sobre arena) y en los países desarrollados: la parte delantera del barco se encalla mientras la trasera aún flota sobre el agua. Los operarios acceden al interior y marcan materiales peligrosos o inflamables como equipos electrónicos, extintores o bombonas. El siguiente paso es recoger esos elementos marcados y llevarlos a puntos en los que se tratarán adecuadamente. Lo llaman ‘hacer limpieza en casa’.
El siguiente paso es asegurar el barco porque empieza el proceso de corte. El barco se va cortando poco a poco, como si fuera una tarta alargada, dentro de una gigantesca plataforma en cuyo tramo final se encuentra una zona de drenaje. Esto atrapa cualquier elemento peligroso o contaminante que pueda resultar del proceso de corte para que no acabe en el mar.
No es rápido. Por poner un ejemplo, en un barco de 30.000 toneladas, el 95% del casco está fabricado en hierro y acero. Se estima que el 90% de esos materiales pueden reciclarse, lo que supone unas 25.000 toneladas que tienen un valor de unos siete millones de dólares. Ahora bien, ese ejemplo es el de un carguero y difiere en un crucero, en el que hay mucho más material. De hecho, en una entrevista realizada hace unos años, los responsables afirmaron que, mientras que para un carguero el proceso lleva unos seis meses, hacer lo mismo en un crucero lleva un año. Y cuando todo ese metal se recoge, se transporta a una planta de reciclado que está a seis kilómetros de los astilleros para prepararlos de cara a una segunda vida en la industria de la construcción.
Reciclaje y segunda mano. Reciclar el barco no es sólo marcar los puntos sensibles, deshabilitarlos y cortar el metal: supone un largo proceso de… desmantelar la propia embarcación. Es curioso, pero parece que hay embarcaciones en las que no se recoge el material de las salas y habitaciones, por lo que 2.500 operarios entran en estos enormes hoteles para sacar el material de gimnasio, sillas, cubertería, camas, sistemas de iluminación y hasta pianos. Ahí también entran los suelos de madera, las ventanas o las escaleras.
Luego eso se separa en montones organizados por categorías como productos electrónicos, iluminación, decoración, muebles o elementos textiles y, si bien se reciclan objetos y a otros se les da una segunda vida (como por ejemplo la cubertería para comedores, hoteles o restaurantes), también afirman que se puede ganar mucho dinero con la venta de segunda mano. También hay entusiastas que quieren comprar mobiliario de barcos o elementos como mapas, arte o chalecos salvavidas. En la entrevista no fueron muy claros sobre esto, pero sí sobre el salario: unos 1.500 dólares.
Polémicas humanas y medioambientales. Ahora bien, aunque parece que no está mal pagado, no es un trabajo sencillo. Nicola Mulinaris, de NGO Shipbreaking Platform, afirma que es uno de los trabajos más peligrosos del mundo. Hay muchos operarios pasando por debajo de enormes grúas que mueven toneladas de material y en Aliaga murieron recientemente dos trabajadores. Además, también puede ser inseguro tanto para el medio ambiente. Si no se acondiciona bien el espacio, se pueden verter residuos que acaban en el mar.
Diferencias enormes entre astilleros. Tras las muchas polémicas surgidas hace unos años alrededor de esta industria en Turquía debido al acondicionamiento del astillero y a los continuos accidentes, acataron las normativas internacionales y mejoraron las condiciones tanto de los trabajadores como de los cuidados medioambientales. Ahora bien, es una industria en la que se observan diferencias abismales entre países en desarrollo y países desarrollados.
La técnica es la misma en ambos, pero mientras que en las instalaciones de países desarrollados se pueden alcanzar tasas de reciclaje del 98%, con un número reducido de accidentes, en países en desarrollo es algo muy distinto. No hay tanta atención a la cuestión medioambiental y, además, las medidas de precaución para evitar accidentes son menores. De hecho, mientras en países desarrollados se encallan en un dique seco con el mencionado segmento de drenaje, en países en desarrollo los barcos se ‘aparcan’ directamente en la arena de las playas.
Poco a poco, eso sí, se van implementando medidas de seguridad tanto para trabajadores de astilleros como para la naturaleza en los astilleros-desguace de todo el mundo.
Imagen | Google Maps, Nayeem Noor
En Xataka | Siempre he tenido curiosidad por lo qué hacían con los contenedores amarillos: así que he seguido a uno