La DGT cree tener la solución a las muertes de los motoristas. Viene de Suecia y se llama "carreteras 2+1"
En una década, España no ha dejado de ver crecer el número de motoristas fallecidos en vías interurbanas. Según los datos de la DGT, en 2023 fallecieron 286 motoristas en las carreteras de nuestro país, por los 170 motoristas fallecidos en 2014.
La cifra del pasado año es la más alta de la última década. En este tiempo, nos hemos movido en unos 200 motoristas fallecidos, con las excepciones de 2017 y 2019, cuando repuntaron hasta los 242 y 267 motoristas muertos.
Para tratar de frenar la sangría, la DGT quiere poner algunas medidas en marcha. Entre ellas, la obligación de realizar un curso adicional para manejar una moto de 125 cc, algo que ahora mismo no es necesario si se cuenta con un carné de conducir con más de tres años de experiencia.
Además, también se ha trabajado para hacer obligatorios el casco integral y los guantes siempre que se maneje una moto. Este tipo de accesorios aumentan sensiblemente la seguridad y desde el organismo recuerdan que el año pasado fallecieron 8 motoristas que no hacían uso del casco.
Pero, además, el organismo cree que la solución no solo pasa por más reglamentaciones. Ponen el foco en las carreteras y creen tener una solución.
Suecia como referente
En su revista digital, la DGT hace un repaso sobre las carreteras convencionales y los riesgos que llegan de forma intrínseca con los mismos. Destaca que por ellas discurren 148.370 kilómetros de los 165.935 kilómetros de carreteras que tenemos en España.
Destacan que este tipo de vías son las más peligrosas pues, aunque en ellas sólo se producen un 23% de los accidentes de nuestro país, el 53% de los fallecidos se accidentaron en este tipo de carreteras. La sangría es especialmente acusada entre los motoristas, ya que tres de cada cuatro fallecidos se producen en estas carreteras.
La DGT destaca que la mayor parte de los fallecidos en las carreteras secundarias se producen por salidas de la vía o choques frontales, cuando un vehículo ha invadido el carril contrario, siendo lo más habitual el choque por adelantamiento.
Esta problemática, cree el organismo, se puede reducir invirtiendo más dinero en la creación de carreteras 2+1. Este tipo de carreteras son “vías secundarias reconvertidas en carreteras con un carril por sentido en las que se habilita otro central, vallado, que permite realizar adelantamientos en tramos alternos a cada uno de los dos carriles de forma segura”, en palabras de la DGT.
La idea tiene su origen en Suecia, donde empezaron a instalarse en 1998. Según un estudio llegado desde el país nórdico, este tipo de carreteras 2+1 han logrado reducir los accidentes con víctimas mortales y heridos graves en un 50%. De hecho, llegan a la conclusión de que éstas son tan seguras como las vías rápidas, donde los accidentes no son tan graves pese a circular a una velocidad superior.
Según el ingeniero Lars Ekman, miembro de la Administración Sueca de Transporte y del Comité de Dirección del ETSC, en palabras recogidas por el artículo de Tráfico, “las muertes de motoristas se reducen un 30% en ellas”.
A la hora de aplicar estas reformas, la DGT dice encontrarse con algunos problemas. Primero, las carreteras 2+1 exigen eliminar los adelantamientos en uno de los dos sentidos, pues la separación física entre carriles lo impide. Esto no se puede plantear “en una carretera que tenga todavía una función vertebrante de largo recorrido” aunque sí en una vía “cuya función es prácticamente de última milla y accesibilidad o conexión con otras vías de más entidad”, según Pedro Tomás, coordinador de la Secretaría General de Transporte Terrestre del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
A esto hay que añadir que los estudios previos anticipan que este sistema de 2+1 sólo se puede aplicar en aquellas carreteras con una plataforma superior a 10 metros. Si la carretera es más estrecha, la solución es imposible y la mayor parte de las vías convencionales españolas tienen plataformas de unos siete metros de media.
Y, por último, está la cuestión del dinero. Aquí, la DGT no aporta un dato claro, pues habla de invertir 1.800 millones de euros. Esta cifra está sacada de un informe elaborado por la Asociación Española de la Carretera y la Fundación Mapfre, en el que hablan de intervenir en el 30-35% de las vías españolas. Sin embargo, en él no solo se proponen las vías 2+1, también se habla de reasfaltados o de mejorar la conectividad de la vía para reducir los riesgos de distracciones por problemas con el navegador.
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