El primer avión comercial "made in China" ha sido un éxito. Tanto que se está preparando para superar a Airbus y Boeing
Tras un turbulento proceso de fabricación, China estrenó en junio de 2023 su flamante C919. Se trata de un avión comercial de fuselaje estrecho (un pasillo central) que realizó el vuelo inaugural entre Shanghái y Pekín como colofón a más de una década de trabajo. Se trata de un avión que está creado de acuerdo a los estándares internacionales, por lo que la intención de China es meter la patita en un mercado dominado por gigantes como Boeing y Airbus.
Y la jugada está saliendo tan bien, al menos en su terreno, que no sólo las aerolíneas están encargando el C919 por cientos, sino que China trabaja en una segunda generación: el C939 de fuselaje ancho.
Un logro. El C919 ha sido fabricado por la Commercial Aviation Corporation China, o COMAC. Se trata de una empresa de propiedad estatal que, como indican orgullosos en su página web, se trata del “primer avión de pasajeros de tipo jet desarrollado independientemente por China, cumpliendo con derechos de propiedad intelectual y estándares internacionales de aeronavegabilidad”. Está bien que especifiquen “tipo jet”porque la misma empresa ya tenía el ARJ21, un modelo “pequeño” de turboventilador para vuelos regionales.
En cuanto al avión, está diseñado para competir contra los A320 de Airbus y los Boeing 737 y cuenta con una longitud de 38,9 metros, una altura de 11,95 metros y capacidad para entre 158 y 192 pasajeros, dependiendo de la configuración de asientos. Su autonomía es de 4.075 kilómetros a 5.555 kilómetros.
Made in China (con piezas occidentales). Pero eso de “made in China” es relativo, ya que el problema que tiene la compañía es que muchas de las piezas y componentes clave son occidentales. Los motores, sin ir más lejos, son franceses. El sistema de control de vuelo, el radar meteorológico o el cuadro de mandos, entre otros componentes, son estadounidenses. También tienen sistemas británicos y alemanes, aunque parte del fuselaje y la propia construcción sí se han llevado a cabo en China.
Éxito. La producción de COMAC se estimó en 150 aviones al año en cinco años, pero la empresa afirmaba que había conseguido más de 1.200 pedidos de este C919. Hay quien apuntaba que la mayoría eran “cartas de intención” de clientes nacionales, pero un año después, parece que el avión sí ha sido un éxito. Air China es una de las últimas en realizar un pedido de 100 unidades (unos 11.000 millones de dólares en total) y COMAC se ha embarcado en la ampliación de sus instalaciones para poder cumplir con los pedidos.
El pasado mes de mayo se informó de las intenciones de la compañía, con la confirmación del China Aviation Planning and Design Institute Group que COMAC había conseguido la licitación para la segunda fase de su proyecto de construcción para el C919. Será en la misma Shanghái en la que COMAC tiene la sede y consistirá en una superficie de 330.000 metros cuadrados. La AVIC-CAPDI apuntó que este proyecto “satisfará las futuras necesidades de producción en lotes del gran avión de pasajeros C919, mejorando su eficiencia de producción y proporcionando un fuerte apoyo a la operación comercial y la competencia del mercado de los grandes aviones de producción nacional”.
Ambición desmedida. El C919 es un orgullo para China, tanto que el país buscará la certificación de la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea y ya está comercializando el modelo en el sudeste asiático. Sin embargo, los planes van más allá. Como podemos leer en South China Morning Post, el gigante asiático lo que busca es hacerse un hueco en el mercado internacional para comer parte del mercado a las dos grandes compañías dominantes.
Con la segunda línea de ensamblaje podrán construir más rápido cada unidad y ya se está buscando superar a Estados Unidos en la década de 2030 o 2040. Son planes tremendamente ambiciosos, pero la intención es no competir con un solo modelo, sino con tres.
C939 y C929 de fuselaje ancho. Tras el éxito en el desarrollo de este modelo, China y Rusia iniciaron el camino para crear el C929, un avión de fuselaje ancho (con dos pasillos). Sin embargo, con la invasión de Rusia a Ucrania, los rusos se fueron desvinculando poco a poco del proyecto, y luego llegaron las sanciones internacionales. Fuentes de SCMP apuntan que desde China se vio esto como un golpe, pero tampoco algo como para frenar el proyecto.
“La salida de Rusia tiene cierto impacto, pero podemos gestionarlo. El trabajo en el C929 está en marcha y avanza sin problemas, aprovechando la experiencia y la coordinación de sistemas que ya tenemos para el diseño y desarrollo del C919. El tiempo necesario para su construcción y desarrollo puede ser similar”, apunta esta fuente. Sin embargo, no será el único avión de fuselaje ancho de COMAC, ya que también están trabajando en un C939 para competir contra los más grandes de Airbus y Boeing. Lo malo es que no tenemos detalles ni de uno… ni de otro.
Planes para que sea más ‘Made in China’. Es notable el esfuerzo que está realizando China para conseguir su línea ‘casera’ de aviones comerciales y una buena pregunta es si occidente podrá imponer sanciones como las que están golpeando a la industria del automóvil. Desde Pekín, ese es un objetivo de primer nivel y la idea es apostar más por tecnologías esenciales locales con las que poder abastecerse, empezando por piezas como el tren de aterrizaje o los motores.