Después de más de 300 lanzamientos, el Falcon 9 se queda en tierra: la culpa la tiene una anomalía de su última misión
Hasta hace unas horas, el cohete Falcon 9 de SpaceX presumía de más de 300 lanzamientos exitosos consecutivos. Sin embargo, este prodigio de la ingeniería tuvo un problema que no solo le despojó de su envidiable racha, sino que también comprometió el correcto despliegue de la carga útil en órbita e incluso podría traducirse en retrasos para las futuras misiones pendientes.
El vehículo de lanzamiento despegó el jueves por la noche (hora local) de la de la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg. Mientras que la primera etapa reingresó correctamente a través de la atmósfera y aterrizó en una barcaza en el Océano Pacífico, la segunda etapa registró una anomalía que resultó en la liberación de satélites Starlink a una altitud más baja de la esperada.
Hielo alrededor del motor
La segunda etapa tiene un único motor Merlin Vacuum. Si bien este se encendió durante alrededor de seis minutos, la transmisión en directo de SpaceX mostró que se había acumulado una cantidad inusual de hielo a su alrededor. Como detectaron varios observadores en las redes sociales, a medida que el cohete se adentraba en el espacio, trozos de hielo se desprendían.
El motor Merlin Vacuum puede volver a encenderse varias veces para colocar múltiples cargas útiles órbita. Durante la misión Starlink 9-3 del jueves se suponía que se encendería una vez más para entregar 20 satélites en una órbita determinada, pero aquí es donde las cosas se complicaron. Según Elon Musk, el reinicio de los motores acabó en un “RUD” de razones desconocidas.
RUD quiere decir “desmontaje rápido no programado”, lo que es una forma elegante de hablar de un fallo de gravedad. El fundador y CEO de SpaceX añadió que los equipos de la compañía aeroespacial dedicarían la noche a analizar lo sucedido. Además, explicó que era poco probable que los satélites pudieran alcanzar la órbita prevista, incluso activando sus propulsores incorporados.
El reputado astrofísico Jonathan McDowell señaló que los satélites de Starlink podrían haber sido liberados a unos 138 kilómetros de la superficie de la Tierra en su perigeo, unos 150 kilómetros más bajo de lo esperado. Lo más probable es que los satélites sean atraídos por la gravedad de nuestro planeta en cuestión de horas o días y que terminen inutilizables, pero hay otro problema.
Más allá de la pérdida de los satélites, que probablemente estén cubiertos por un seguro, todo percance llega acompañado de la intervención de la Administración Federal de Aviación (FAA), la entidad encargada de autorizar las licencias de cada uno de los lanzamientos de SpaceX. Como recoge CBS, los cohetes se quedarán en Tierra hasta que concluya la investigación del incidente.
“El regreso al vuelo se basa en que la FAA determine que cualquier sistema, proceso o procedimiento relacionado con el percance no afecta la seguridad pública”, señalaron desde la entidad en un comunicado. Paralelamente, indicaron que es posible que la compañía fundada por Musk deba solicitar una modificación de su licencia en relación a las acciones correctivas del Falcon 9.
Por lo pronto, toca esperar para saber cómo evolucionará esta situación. El Falcon 9, cabe señalar, desempeña un papel clave en el acceso al espacio de Estados Unidos. Si permanece demasiado tiempo en Tierra, puede que las próximas misiones se encuentren con retrasos. Por ejemplo, hay un lanzamiento privado de Polaris Dawn del empresario Jared Isaacman programado para el 31 de julio.
La NASA también tiene una misión programada con el Falcon 9 para el 19 de agosto. Se prevé que cuatro astronautas viajen a la ISS a bordo de una cápsula Dragon para reemplazar a la tripulación de cuatro astronautas que se encuentran en el laboratorio orbital desde marzo. Pero hay más lanzamientos programados, SpaceX utiliza este modelo de cohete cada aproximadamente tres días.
Imágenes | SpaceX