El Boring Phone es un hábil concepto de HMD. Y un truco publicitario para recordarnos nuestra adicción al móvil
Hace un par de meses HMD ya nos sorprendió con una colaboración con Mattel que daba como resultado el Barbie Flip Phone. Ahora ha vuelto a jugar con ese tipo de conceptos y ha anunciado una nueva alianza sorpresa con Heineken para crear el llamado Boring Phone.
El eslogan de este proyecto es que “hay más vida social cuando hay menos en tu teléfono”, y desde luego el concepto persigue llevarnos a otra época en la que los teléfonos eran sobre todo teléfonos.
El Boring Phone cuenta con un diseño de concha como los de los primeros años 2000, y cuenta con una pequeña pantalla LCD de 1,77 pulgadas en su carcasa exterior y otra interior algo más grande de 2,8 pulgadas (QVGA) pero igualmente limitada en cuanto a resolución. Contamos con una cámara de 0,3 Mpíxeles y una toma de auriculares, y soporta redes 2G, 3G y 4G.
El concepto es extraño también por su diseño translúcido y centrado totalmente en un plástico tosco y que da la sensación de que estamos ante un teléfono en el que todo es reciclado. El gran teclado numérico interior ocupa prácticamente toda una mitad de ese diseño en concha, lo que también le confiere ese aspecto tan retro.
En HMD no han dado detalles ni especificaciones sobre el producto, pero en el sitio web oficial del proyecto queda claro que estamos ante un móvil que no tiene apenas aplicaciones y que no nos permitirá hacer prácticamente nada de lo que hacemos habitualmente con nuestros smartphones, como conectarnos a redes sociales o consultar el correo electrónico.
Eso sí: permitirá enviar SMS, enviar y recibir fotos y hasta jugar a Snake. Podremos por supuesto hablar por teléfono, pero nada de mensajería instantánea porque la idea de esta propuesta convertida en estrategia de marketing es clara: alertarnos sobre nuestro excesivo uso del móvil y plantear una alternativa que nos haga retomar un contacto más directo con nuestros familiares y amigos.
El proyecto ha sido desarrollado por HMD y Heineken con la ayuda de Bodega, una firma de moda con sede en Boston. Lo curioso es que no es tan solo un concepto: estamos ante un producto que existirá, aunque eso sí, en edición limitada. Se fabricarán 5.000 unidades que se regalarán en eventos diversos en el Reino Unido y teóricamente en otros mercados más adelante.
Disconnecting People
Ha habido otros proyectos que también planteaban esa misma idea hace tiempo. Uno de los más destacables es el noPhone, aquel “bloque” de goma que tenía la misma forma y un peso similar al de nuestros smartphones pero que no hacía nada: solo servía para que sintiéramos que seguíamos teniendo algo parecido a un smartphone en el bolsillo, aun sin tenerlo.
La propia HMD aprovechó el tirón de los viejos formatos durante años: tras hacerse con la licencia usar la marca nokia,trajo de vuelta modelos míticos que adaptó a los nuevos tiempos conservando elementos de diseño clásicos como los teclados físicos o las pequeñas pantallas.
Lo hizo con el Nokia 130, el Nokia 150, el Nokia 5710 XpressAudio o el “espectacular” Nokia 8110, una versión moderna de aquel móvil que costaba más que el iPhone X y podía enviar SMS.
Hasta el legendario 3310 tuvo su propia reedición, y en ella, como en todas las demás, la firma jugó en parte con la nostalgia y en parte con esa ambición de tratar de que volviéramos a móviles más modestos y sencillos para “desconectarnos de la gente” con la que solo conectábamos a través de apps de mensajería y redes sociales y volviéramos a hacerlo como lo hacíamos antes.
La idea es estupenda y de hecho este tipo de esfuerzos han acabado teniendo cierto éxito. Los móviles de concha se convirtieron en tendencia hace un año en Estados Unidos entre jóvenes de la Gen Z, pero aún así la idea tiene un alcance limitado. Es difícil resistirse a lo que al final se impone entre la inmensa mayoría.
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