París va a recortar en aire acondicionado de cara a los JJOO. Así que hay delegaciones llevándose sus propios aparatos
París en agosto, con algo de humedad y calor. No asfixiante, pero calor. Eres un deportista de élite que va a competir en una prueba fundamental de los Juegos Olímpicos, quieres dormir fresquito y te das cuenta de que no tienes aire acondicionado. Y no es por falta de medios, sino porque París se ha tomado muy en serio lo de organizar los Juegos Olímpicos más ecológicos de las últimas décadas. Y eso que las medallas de Tokio se hicieron con basura.
Por tanto, algunas delegaciones llevarán en la maleta algo más que material deportivo: sus propias máquinas de aire acondicionado.
Austeridad. La concienciación con el medio ambiente en los JJ. OO. de París 2024 va desde la antorcha olímpica creada con acero reciclado hasta la intención de reducir las emisiones de CO₂ lo máximo posible. Hasta se va a incentivar el teletrabajo lo máximo posible para reducir los desplazamientos en vehículos.
Esa intención de que sean unos Juegos Olímpicos verdes se traslada a una villa olímpica en la que la austeridad es la norma en las habitaciones de los deportistas. Un ventilador, camas ‘antisexo’ (que funcionan regular, como ya se vio en Tokio) y poco más. Muy distintas a las de la Villa Olímpica de los Juegos de Invierno de Pekín.
Agua. París ha instalado paneles solares en los techos de numerosos edificios estos últimos años para amortiguar el enorme gasto eléctrico de la competición, pero quieren ir un paso más allá quitando los aires acondicionados. Vale que París no es Córdoba en verano, pero hará calor y, aunque las habitaciones están tratadas para que se mantengan frescas, la organización afirma que será clave la colaboración de los deportistas bajando las persianas de día y abriendo las ventanas de noche.
Encima de calor, ruido. Pero aparte de ventiladores, habrá un sistema de refrigeración en la Villa Olímpica. Se trata de un sistema a base de agua y calefacción geotérmica que permitirá un ahorro de la huella de carbono de un 30% en comparación a una construcción convencional. En total, la organización prevé un ahorro de 13.000 toneladas de CO₂ en estos Juegos gracias tanto a las renovables como al sistema de calefacción/refrigeración y a esa transformación de los desplazamientos por la ciudad. Un ahorro respecto a los anteriores, claro.
Las delegaciones lo tienen claro. Este sistema no está convenciendo a algunas delegaciones. Australia ha confirmado que va a instalar aire acondicionado en todas las habitaciones de sus atletas debido a que es clave para el alto rendimiento de sus atletas y, además, no todas las competiciones son diurnas: también por la noche y por el día, cuando el calor puede ser más acuciante, esos deportistas están durmiendo. Otros equipos también están planteando llevar sus propias máquinas de aire acondicionado.
“Confiar en la ciencia”. Cuando el 26 de julio se encienda el pebetero, veremos qué tal funciona ese sistema ecológico de la Villa Olímpica, pero mientras las delegaciones no lo ven claro, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, anima a los países que quieran llevar sus máquinas a “confiar en la ciencia”.
Hidalgo afirma que “la Villa se ha diseñado para evitar la necesidad de aire acondicionado, incluso en temperaturas muy, muy altas, para mantener un ambiente cómodo. Debemos confiar en los científicos que nos ayudan a construir edificios que nos permiten arreglárnoslas sin aire acondicionado”. Además, la alcaldesa puntualizó: “creo que tenemos que confiar en la ciencia. Lo primero por lo que nos dicen los científicos sobre el hecho de que estamos al borde de un precipicio. Todos, incluidos los deportistas, debemos ser conscientes de esto”.
Cambio para el futuro. Como decimos, veremos qué ocurre de cara a los juegos, pero aunque se confíe en la ciencia, si una delegación no lleva máquinas y luego las necesita, puede ser complicado comprarlas e instalarlas en el último minuto. Al menos, Estados Unidos, Grecia, Australia, Brasil, Canadá y Noruega son de los que no confían tanto en la ciencia.
Por otro lado, es innegable que París se está volcando con estos Juegos, construyendo no demasiados edificios, revitalizando la ciudad y con las nuevas construcciones dotadas de menos cemento, más madera, paneles solares y vegetación en las azoteas. Además, se espera que las nuevas sedes olímpicas puedan ser disfrutadas por los parisinos en las décadas posteriores.
2050. Al final, el asunto del aire acondicionado es peliagudo. Se estima que el aire acondicionado representa en la actualidad el 20% del consumo de energía en los edificios, a nivel mundial, y es algo que no va a ir a menos debido al cambio climático. La proyección para 2050 es la de duplicar la emisión de gases de efecto invernadero asociados a estos sistemas: de 1.135 millones de toneladas en 2016 a 2.070 millones.
Técnicas alternativas son necesarias para paliar estos efectos y pronto veremos cómo funciona ese sistema de refrigeración por agua que han instalado en París.