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El emporio de 'Bluey': todo el dinero que mueve una serie de dibujos animados para niños de la BBC

Es una de las series más populares del momento, y no hablamos solo de programación infantil. El último episodio de su tercera temporada congregó a más de dos millones de espectadores en sus distintas vías de emisión (también fue uno de los diez programas más populares en streaming en Estados Unidos en 2022). Y sus tramas, llenas de inteligentes pistas y detalles que pasan desapercibidas a los niños, generan discusiones y comentarios entre los fans adultos de la serie. Estos la siguen de forma incluso más obsesiva que los niños, tal y como comentábamos con la conclusión de la última temporada.

Detrás de esta serie de colores agradables, diseños detalladísimos y tramas educativas y de una profundidad poco habitual en las producciones de este tipo hay varios nombres propios. En la superficie están tanto BBC como Disney+, encargados de distribuir en sus respectivos canales de difusión las peripecias de la perrita Bluey y su encantadora familia.

Aunque la cosa es un poco más complicada: Disney se encarga de lanzarla de forma internacional en Disney+ y en Estados Unidos en Disney Jr. BBC Studios, por su parte, dirige la distribución global y, ojo, tiene los derechos del merchandising. Es otro de los tratos entre Disney y BBC de la que ha salido, por ejemplo, la emisón en Disney+ de la nueva temporada de ‘Doctor Who‘.

Orígenes australianos

La serie, sin embargo, procede de Australia. Su creador, Joe Brumm, desarrolló la serie a principios de los dosmiles, mientras vivía en Londres y trabajaba animando series como ‘Charlie and Lola’ y ‘Peppa Pig’. En 2009 volvió a Australia, a su Brisbane natal, y coqueteó con la idea de crear una “Peppa Pig australiana“. Diseñó a los personajes, sus vivencias y comportamientos inspirándose en su propia familia.

Sin embargo, tuvo que retocar notablemente al personaje de Bandit, el padre de Bluey, que arrancó como un desastroso ejemplo para sus hijos, una especie de sosías perruno de Homer Simpson. Pero Brumm estudió obras de expertos que analizaban la psicología de los juegos y se fijó en cómo jugaban sus propias hijas. Esa fue la inspiración para los resortes argumentales de los episodios, y así convirtió a Bandit en un compañero de juegos ideal, casi un niño más en la familia.

En 2016, después de abandonar la fugaz idea de hacer que ‘Bluey’ fuera una serie para adultos, hizo una demo de un minuto y la movió en 2016. El estudio Ludo Studios se interesó y expandió la demo a cinco minutos. Por casualidad, un ejecutivo de BBC tuvo acceso a ella y compró los derechos de distribución antes de que se hubiera empezado a desarrollar. El estreno en uno de los canales públicos del país, ABC Kids, llegó en 2018 y cuando intervino Disney, en 2020, fue el momento de la expansión global.

Rápidamente se convirtió en el programa más visto de la historia de la cadena ABC y de cualquiera de sus canales paralelos. El crecimiento fue imparable: la categoría de icono de Bluey le ha llevado a adquirir forma de globo gigante en el tradicional desfile navideño de Macy’s en Nueva York, y la serie ha ganado tres Emmys y un Bafta, entre muchos otros galardones. Famosos como Ryan Gosling o Eva Mendes han declarado su devoción por Bluey, estrellas como Natalie Portman hacen cameos de voz en la serie.

Enséñame la pasta

Como suele suceder con las series de animación para niños, el éxito ha desatado una industria paralela de merchandising y productos derivados de la que se está beneficiando especialmente BBC. Hay más de mil artículos con la efigie de Bluey, incluyendo una obra de teatro de gran éxito en Reino Unido y un videojuego editado a finales del año pasado y desarrollado por el estudio español Artax. Tiene en común con tantos otros productos de Bluey el precio exageradamente alto que ostenta: cuarenta euros por un juego que dura entre una y tres horas.

Por supuesto, habrá parque de atracciones: Bluey’s World se abrirá al norte de Brisbane y se esperan visitantes que gastarán alrededor de 18 millones de dólares cuando abra, según el diario financiero australiano The Financial Review. Todo esto está reportando a BBC (que recordemos, ostenta los derechos de explotación y merchandising de la serie) sustanciosos ingresos: la cadena pública británica experimentó en 2023 un significativo aumento del 28% en sus beneficios, que llegaron a 3.800 millones de dólares. También detectaron un incremento del 10% en la venta de productos de consumo directo (muñecos, libros, etc.), y The Financial Review achaca parte de este crecimiento a ‘Bluey’.

Vivimos momentos en los que los niños y sus productos típicos (películas basadas en juguetes y videojuegos para todos los públicos) están recuperando el trono, después de años en los que los taquillazos venían de productos para treintañeros, como Marvel y Star Wars. ‘Barbie‘ y ‘Super Mario Bros.‘ como películas más taquilleras del año pasado, más la multitud de producciones basadas en juguetes que están en preparación, son buena prueba de ello. O dicho de otro modo, como afirmaba David Anderson, director de ABC, cuando se le preguntó en ABC Radio por qué dejó escapar de manos australianas la explotación de ‘Bluey’: “¿Cómo íbamos a saber que estamos ante un unicornio?”

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