Ha muerto el rey del cine de bajo presupuesto: en streaming puedes recuperar una de sus grandes películas de ciencia ficción
La obra de Roger Corman es absolutamente inabarcable: conocido como ‘El rey de la serie B’, en realidad fue el productor y director más mítico de la historia del cine independiente. Totalmente al margen de los grandes estudios, empezó a dirigir y producir westerns en 1955. Desde entonces, tocó todos los géneros populares: terror, ciencia ficción, gángsters, y se adentró en el submundo de la explotación con películas de cárceles de mujeres, blackploitation y muchos otros códigos narrativos subterráneos.
Sus obras más conocidas las produjo en los cincuenta y sesenta. Dirigió películas de terror como ‘La pequeña tienda de los horrores’ y ‘Un cubo de sangre’, el ciclo de adaptaciones de Edgar Allan Poe que protagonizó Vincent Price y escribió Richard Matheson, y también entró en el terreno de la ciencia ficción. Hizo películas de invasiones extraterrestres como ‘Conquistaron el mundo’ o ‘Emisario de otro mundo’ en los cincuenta, y dio el do de pecho con la sensacional ‘El hombre con rayos X en los ojos‘, que puedes ver en Filmin (junto a otra veintena de otras películas suyas).
Asistiremos en ella a la historia del oftalmólogo James Xavier (ojo: la película es de 1963… año de la aparición del primer número de ‘X-Men’, donde nacería Charles Xavier), que experimenta en sus propios ojos una sustancia que le permite captar ondas de luz que la retina habitualmente no percibe. Puede leer libros cerrados, diagnosticar enfermedades y ver a través de las ropas. Pero su poder va a más, ya que cada vez su visión del mundo es más profunda y detallada.
Lo que arranca como una peripecia simpática e incluso picantona, pronto adquiere tintes metafísicos. En un viaje hacia lo más profundo de la realidad que tiene cierta conexión con ‘El increíble hombre menguante’, Xavier (interpretado por un Ray Milland absolutamente perfecto en su torturado papel) experimentará una transformación personal paralela a su conocimiento del todo. El final de su viaje etá a la altura de las circunstancias en una película absolutamente imprescindible y que hace honor a las bases de Corman: poco dinero, mucho ingenio, impacto seguro.