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Telefónica fue instrumental en llegar a la Luna: la estación de Buitrago recibió las emisiones en vivo antes que (casi) nadie

Telefónica está de celebración. Acaba de cumplir 100 años, y eso hace que sea un buen momento para recordar algunos de los hitos que la multinacional ha alcanzado en este siglo de vida.

Uno de los más llamativos tuvo lugar en 1969, cuando la empresa acabó siendo clave para la misión Apolo 11 de la NASA que llevó al hombre a la Luna. En aquella odisea la participación de Telefónica fue crucial gracias a la estación de comunicaciones por satélite de Buitrago de Lozoya.

Como indican en Movistar, esta estación fue puesta en servicio en 1967 como parte de un acuerdo de la propia NASA, que ya se preparaba para lo que estaba por venir. Aquella fue una de las cinco estaciones de comunicación por satélite que existían en Europa en aquel momento.

Para la misión era crucial contar con varias estaciones de seguimiento: de otra forma se hubiera perdido la comunicación con las naves. En el caso de la Apolo 11, dichas estaciones fueron las situadas en Goldstone (California, EEUU), Canberra (Australia) y Robledo de Chavela (Madrid, España). Todas ellas formaban parte de la llamada Manned Space Flight Network (MSFN)

El propio Neil Armstrong acabaría diciendo que sin esas comunicaciones mantenidas entre el Apolo 11 y la estación Apolo en Madrid “nuestro aterrizaje en la Luna no hubiera sido posible”.

La estación de Buitrago acabó estando presente en todos los vuelos tripulados del programa Apolo. Telefónica de hecho partició en esas misiones desde las estaciones de Fresnedillas, Robledo de Chavela, Buitrago de Lozoya (ambas en Madrid) y Maspalomas en Canarias.

Gracias a dicha estación, Telefónica pudo proporcionar las transmisiones de datos y vídeos que se recibían en las estaciones de seguimiento del INTA de Robledo de Chabela y Fresnedilla hasta EEUU.

La primera antena del centro, llamada Buitrago I, se dedicó al tráfico de datos telefónicos, telegráficos y de televisión con América. Según Telefónica, lo que pocos saben es que:

“Las retransmisiones en vivo se realizaron desde la nave Apolo al centro de telecomunicaciones de Buitrago, en Madrid. Esta recibía la señal y la enviaba a Houston para que desde allí fuese repartida a los medios de comunicación de todo el mundo”.

Esa afirmación contrasta con datos que sugieren que la estación de Noneysuckle Creek, cerca de Canberra, fue la primera en recibir esas imágenes y reenviarlas para ser emitidas por televisión. Otros medios confirman esa teoría indicando que los primeros ocho minutos y cincuenta segundos del aterrizaje de la Apolo 11 en la Luna se emitieron con la antena de esa estación australiana.

Capturar y retransmisitir aquellas imágenes fue un desafío técnico brutal que complementó la verdadera proeza, que por supuesto fue lograr que el ser humano pusiera el pie en la luna.

La estación de Buitrago siguió ampliándose a lo largo de los años —fue clave en el Mundial de Fútbol de 1982, en las Olimpiadas del 92 y también en la Expo de Sevilla del 92—, pero a finales de 2003 se decidió cerrarla.

La razón: los cambios tecnológicos que hicieron que el cable submarino de fibra óptica acabara siendo mejor opción. La parte residencial, eso sí, sigue funcionando en la actualidad.

Imagen | Rubén Díaz Caviedes

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