En silencio, China se está convirtiendo en uno de los mayores terratenientes de Estados Unidos
Durante los últimos años, empresas e inversores chinos han estado comprando tierras en Estados Unidos y han adquirido importantes empresas de alimentos, como Smithfield Foods, el procesador de carne de cerdo más grande del país. Eso, a ojos de los legisladores americanos es un gran problema: China, a pesar de ser el socio comercial más grande de EEUU, es también el adversario estratégico número uno.
Y, aunque esta propiedad china sea sólo una pequeña fracción de toda la tierra en propiedad extranjera de EEUU, el Gobierno teme que China pueda estar ampliando su control y obteniendo acceso a información importante.
El control de tierras. La inversión extranjera china en tierras agrícolas de EEUU se ha multiplicado por 10 en la última década, según el Departamento de Agricultura. Las entidades chinas poseían más de 1.500 kilómetros cuadrados de tierras agrícolas con un valor estimado en unos 2.000 millones de dólares a finales de 2021. Son propiedad de 85 inversionistas chinos, que pueden ser individuos, empresas o el gobierno.
Aún así, la tierra de propiedad china representa una pequeña parte de la tierra en manos extranjeras: ocupa el puesto 18 en la lista de inversores internacionales. Pero su peso geopolítico y sus objetivos estratégicos, que difieren mucho de los planes de Occidente, ha planteado dudas sobre quién está detrás de esas tierras.
¿De quién son? La mayor parte la poseen las corporaciones. Pero al Congreso le preocupa más que el Partido Comunista Chino forme parte de un plan para ampliar su control. “No sé si sabemos con certeza todas las tierras extranjeras que potencialmente son propiedad de individuos chinos o personas controladas por el gobierno chino”, señalaba en el congreso el senador Jon Tester, demócrata.
Hay que mencionar que toda esa propiedad china está muy concentrada. Según se explica en este reportaje de NPR, más del 80% está en manos de Smithfield Foods y un multimillonario llamado Sun Guangxin, a través de Brazos Highland Properties y Harvest Texas. Sun usó esas empresas para comprar más de 404 kilómetros cuadrados en Texas para un supuesto parque eólico. Pero el proyecto no pudo ver luz verde por una ley estatal que prohíbe a los extranjeros acceder a la red energética de Texas.
Cerca de bases militares. La mayor parte de las críticas surgieron en enero de este año, cuando también se impidió que otra empresa china, Fufeng Group, construyera un aerogenerador en un terreno cercano a una base de la Fuerza Aérea de Dakota del Norte. Un hecho que los funcionarios calificaron de “riesgo para la seguridad”. Tras todo el revuelo con el globo espía chino derribado en febrero, las preocupaciones porque Pekín esté intentando llevar a cabo labores de espionaje o interrumpiendo las comunicaciones militares en territorio estadounidense se han disparado.
Sobre todo cuando muchas de estas propiedades están cerca de instalaciones de Defensa. “Lo que falta aquí es mucha más información sobre dónde se encuentran estas ubicaciones específicas o compras de tierras agrícolas en las proximidades de la base militar”, señalaba Craig Singleton, miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias.
Quieren evitarlo. Por ello, muchos legisladores (de ambos partidos), quieren limitar las compras por parte de empresas chinas, especialmente aquellas que tienen vínculos con el gobierno. Y con ese fin, ya hay varios proyectos de ley en el Congreso destinados a aumentar los poderes del Comité de Inversión Extranjera en los EE. UU. para examinar acuerdos de inversión extranjera a través de la lente de la seguridad alimentaria, así como reforzar los sistemas de verificación e información.
Por otra parte, la administración Biden está endureciendo las políticas sobre quién puede comprar terrenos cerca de las bases militares. El problema es que estas medidas podrían traducirse en una reacción violenta contra los estadounidenses de origen asiático y corren el riesgo de que se desate una xenofobia china más amplia que ya se ve en algunos estados.
En medio de una tensión comercial y geopolítica. Además, esta tendencia se produce en un periodo de la historia en el que las tensiones entre ambos países en materia comercial y geopolítica no cesan. También en un contexto en el que el Partido Comunista está afianzando sus inversiones en agricultura extranjera como parte de sus planes de desarrollo económico “One Belt One Road”, con el objetivo de controlar una mayor parte de la cadena de suministro de alimentos. También en otras industrias como la minería y el control de infraestructura portuaria en regiones de América Latina.
Imágenes | Dominion Energy
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*Una versión anterior de este artículo se publicó en julio de 2023