Francia celebra desde 1987 una carrera contra el mar. El Tour decidió que era buena idea probar a ir en bici
Andar bajo el agua es un buen ejercicio tanto de tonificación como de recuperación, pero correr en una zona en la que rápidamente agua alcanza los cuatro metros debido a la marea es algo que no muchos se plantearían. Sin embargo, desde 1987 se celebra en un lugar de Francia una carrera que da el pistoletazo de salida justo cuando el camino se empieza a inundar.
Se trata del evento Les Foulées du Gois, y este fin de semana celebrará una nueva edición coincidiendo con el Tour de Francia. Y es curioso, pero los dos eventos están más conectados de lo que podría parecer.
Passage du Gois. En la costa atlántica francesa se encuentra la isla de Noirmoutier. Se trata de una pequeña isla habitada que está a unos pocos kilómetros de las costas continentales y que, durante siglos, conectaba con la bahía de Bourgneuf mediante una calzada de unos 4,125 kilómetros con una particularidad: cada día, a media tarde, se inunda. Y dependiendo de la marea, la altura del mar varía entre los 1,30 y 4 metros. Se bautizó como Passage du Gois.
En 1971 se construyó un puente para llegar a la zona, pero la carretera sigue siendo transitable a pie, en coche o en bicicleta en esas horas del día en las que no está bajo el agua. Y es toda una celebridad.
Nada especial. No se sabe muy bien cuándo se construyó la calzada. Como muchas otras bahías, es una zona en la que la sedimentación sigue muy activa, por lo que el terreno no está asentado del todo y los cambios en las mareas pueden mover el fondo. En la zona, debido a este movimiento de aguas, se formaron unos bancos de arena en una especie de arrecifes rocosos que se fue elevando poco a poco formando un paso natural.
Fue en 1701 cuando se empezó a mencionar este paso, que se convirtió cada vez más en una vía que conectaba la isla con el continente, pero no fue hasta la década de 1930 cuando se instalaron una serie de marcadores y barandillas para ayudar a quien pueda verse sorprendido por la marea. Esto es fácil debido a la rapidez de la misma y a las intensas nieblas de la zona. Además, también se adoquinó con losas de cemento fundido en parte del camino.
La carrera contra el mar. El atractivo del sitio inspiró Jo Cesbron, presidente de la oficina de turismo de Beauvoir-sur-Mer, a crear un evento deportivo. Así, en 1986 se decidió crear la competición que tiene una regla fácil: recorrer los 4.125 metros del Passage du Gois. La particularidad es que el pistoletazo de salida se produce cuando la marea empieza a subir, por lo que los corredores empiezan directamente en mojado.
Esa es la carrera de élite, ya que se trata de un evento importante para la zona y hay otra serie de carreras para aficionados que se disputan en marea baja y la participación es muy reducida en la carrera de élite: una treintena de participantes. En 1987 se celebró la primera carrera y la que se ejecuta sobre marea alta es la prueba más complicada. En la edición de este 2024, serán 36 los atletas femeninos y masculinos que probarán suerte. Se estima que cada año son más de 1.500 participantes entre todas las categorías.
Preparados. Durante el resto del año, y debido a las condiciones tanto de niebla como a la propia marea, la zona es un foco de accidentes. En una carrera eso se puede multiplicar por el impacto del esfuerzo físico, por lo que la organización cuenta con 250 voluntarios, dos médicos, 25 socorristas y dos zodiacs por si algo sale mal.
El Tour de 1999. Y vaya si algo puede salir mal. Debido a ese interés en atraer turismo a la zona, se decidió que el Tour de Francia tendría una etapa que pasaría por el pasaje. En 1993 fue la primera vez que el Tour decidió pasar por la zona, pero con exigencias: los tramos más defectuosos debían ser reparados. Esto suponía una zona de 1,4 kilómetros y las reparaciones se efectuaron tres días en unas difíciles condiciones, ya que debían hacerlo entre las mareas.
En 1999 volvieron a pasar por el Gois, pero el pavimento más desgastado y mojado provocó una espectacular caída conjunta que costó el torneo a Alex Zulle, el favorito de aquel año. Tras esquivar la zona durante ediciones posteriores y pasando por el puente en 2005, en 2011 se decidió que Passe du Gois fuera pieza clave del Tour de ese año: el punto de partida.
Al final, el Tour no deja de ser un escaparate bestial para el país y hay intereses para que recorran las zonas más representativas, pero también otras que pueden beneficiarse de ese altavoz mediático.
A pescar. Durante el resto del año, y teniendo en cuenta que está el puente cerca (siendo una vía mucho más segura), Passe du Gois es lo que podríamos entender como una “vía verde“. Sigue siendo ese punto de unión entre la isla y el continente, pero también un paso relajado siempre que la marea no nos meta prisa.
Además, es una zona en la que se practica la pesca costera y de cultivo de ostras, almejas y berberechos por motivos obvios: cuando la marea está baja, se puede ir fácilmente a recoger los frutos.
Imágenes | Tux-Man, Patrick Despoix, Les Foulées du Gois, Florian Pépellin
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