Bingham Canyon: la impresionante mina a cielo abierto más grande del mundo de la que depende la industria del cobre
Hay muchas minas en el mundo, pero no tantas como la de Bingham Canyon. La minería sigue siendo una actividad vital para muchísimos sectores. Ahora se habla del litio, ya que puede suponer el futuro de la industria del automóvil y cada poco tiempo tenemos novedades sobre nuevos focos. En Argentina van a empezar pronto a producirlo en cantidades insólitas, Cáceres es un pulmón de litio y hay un pueblo de Salamanca con unas enormes reservas.
Sin embargo, no hay que olvidar antiguos minerales, metales y elementos que siguen siendo clave para la tecnología actual. Un ejemplo es el cobre, la estrella de una de las minas más bestias del planeta que, además, es fuente de otros metales. Y es que, Bingham Canyon es una mina abierta tan gigantesca que se ve desde el espacio.
120 años de cobre. A mediados del siglo XIX, los hermanos Sandford y Thomas Bingham descubrieron cobre mientras cuidaban del ganado que pastaba en la zona. Informaron a sus superiores, pero no se preocuparon por la explotación del metal porque lo primordial en aquella época era garantizar la supervivencia y establecimiento del asentamiento de su comunidad.
Unos años más tarde, la organización de diferentes mineros en Utah empezó a ver potencial en el cañón y, tras unos años en los que dos empresas fueron por su cuenta explotando la mina a través de túneles, se fusionaron para crear Kennecott Copper Corporation. En 1903 decidieron que pasarían a utilizar técnicas de minería a cielo abierto y llevan desde entonces explotando sus recursos a base de bien.
Una bestialidad. Es curioso, pero la mina está muy cerca de Salt Lake City, la capital de Utah. Y decimos que es curioso porque una mina a cielo abierto es una enorme fuente de contaminación. Pero bueno, sus responsables pensaron que debía valer la pena y utilizaron esta técnica debido a que los depósitos de minerales y rocas útiles están relativamente cerca de la superficie. Lo cierto es que son espectaculares al resultar en enormes hoyos, y este en Bingham Canyon es de los mayores.
Desde 1903, la mina se ha convertido en un pozo de más de 1.200 metros de profundidad, cuatro kilómetros de ancho y un total de 7,7 kilómetros cuadrados. Es una de las excavaciones artificiales más grandes del mundo, visible desde un transbordador espacial y da empleo a más de 2.400 trabajadores.
Reservas para dar y tomar. Y hablamos de cobre, pero realmente el producto de la mina es cobre, oro, plata, telurio y molibdeno. Según Rio Tinto, el gran conglomerado minero que absorbió a Kennecott Copper, la producción en 2023 fue de más de 108.000 toneladas de cobre refinado. Son unos números bestiales que se explican porque la mina opera las 24 horas del día los 365 días del año.
2021 fue un año de récord con casi 160.000 toneladas de cobre, 7.600 toneladas de molibdeno, 2,22 millones de onzas de plata y 139.500 onzas de oro. Históricamente, la mina ha producido 19 millones de toneladas de cobre, más que cualquier otra mina en la historia. A diciembre de 2021, las reservas estimadas son de 2,11 millones de toneladas de cobre, 28,54 millones de onzas de plata, 2,09 millones de onzas de oro y se espera que haya otros 20 millones de toneladas de recursos minerales subterráneos.
La maquinaria. Y esa enorme producción se consigue con una maquinaria a la altura. Cuentan con varias grúas con palas eléctricas, siendo la más grande capaz de recoger unas 98 toneladas de una sola vez (es el peso de unos 50 coches). Cuesta más de 20 millones de dólares y pesa una tonelada y media. Además, hay 80 camiones gigantes capaces de transportar 320 toneladas por viaje y tienen perforadoras que crean agujeros en el suelo que se rellenan con 540 kilos de explosivos diarios para seguir ampliando la mina.
Este es uno de los problemas de la minería a cielo abierto, ya que se genera una gran cantidad de polvo, pero Rio Tinto afirma que cuentan con un dispositivo que permite capturar las partículas finas con un sistema llamado ‘bag house’ similar a una aspiradora gigante.
El proceso. Con esa maquinaria, en Bingham Canyon se extraen 150.000 toneladas de mineral de cobre y 330.000 toneladas de material de sobrecarga al día. Eso se lleva a una cinta transportadora de unos ocho kilómetros y se almacena en el Concentrador de Copperton. Allí, la roca se muele para conseguir partículas finas que se combinan con aire, agua y ciertos reactivos para separar los minerales.
A través de una tubería, esos minerales se transportan a la fundición, donde se convierten en líquido, y ese líquido viaja a la refinería. Durante 10 días, las placas de cobre se sumergen en celdas electrolíticas con una solución ácida y una placa de acero inoxidable. Gracias a la aplicación de una corriente eléctrica, los iones de cobre migran a la lámina de acero y las impurezas entre las que se encuentran el oro y la plata) caen al fondo de una celda. Más tarde, ambos se recuperarán en una planta de procesado de metales preciosos. De esta forma, se forma una placa de cobre con una pureza del 99,99%.
Retos y controversia. Actualmente, Kennecot afirma tener una de las huellas de carbono más bajas que cualquier otro productor de cobre de Estados Unidos y están realizando un cambio hacia las fuentes de energía renovable que ha permitido ahorrar un millón de toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera. Como otras empresas, están comprometidos a ser neutrales en carbono de cara a 2050 con esas prácticas y la compra de vehículos eléctricos. Este tipo de camiones pueden ser fundamentales para las minas a corto plazo.
Sin embargo, la historia de la mina no es un cuento de hadas. La EPA considera que hay una columna de agua subterránea contaminada de unos 190 kilómetros cuadrados debido a múltiples derrames de la mina, con unos efectos muy negativos para una población local que sigue creciendo. Acusaron a la empresa de liberar sustancias peligrosas para la naturaleza, contaminando los recursos que sustentan a poblaciones de aves o peces, y se ha criticado la opacidad a la hora de emitir informes sobre lo que ocurriría si un gran terremoto colapsara la estructura de la mina.
Atracción turística. Pero al margen de todo esto, Bingham Canyon es una atracción. Se pueden organizar visitas escolares, pero también privadas a un precio de seis dólares cada una (excepto para los menores de cinco años, que entran gratis). La empresa afirma que todas las ganancias se donarán a su propia fundación, pero aunque no es lo mismo, también puedes hacer el recorrido virtual sin salir de casa.
Por lo demás, y tras una enorme inversión de 1.500 millones de dólares, Rio Tinto podrá ampliar la zona sur de la mina, lo que ayudará conseguir una producción de un millón de toneladas de cobre refinado entre 2026 y 2032.
Imágenes | Rio Tinto, Farragutful
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