Xiaomi Redmi Pad Pro, análisis: va a ser muy difícil que no la recomiende a partir de ahora
Barata, con unos acabados de alta calidad, de suficiente potencia para cualquier uso y hasta ofrece un sonido de altura: Xiaomi prometía una tablet rompedora. Y la Redmi Pad Pro cumple con creces, pude comprobarlo: es una candidata fija al trono de las mejores tablets Android.
Enfrentarme al análisis de la Redmi Pad Pro desencadenó un choque de trenes, ya que yo venía de analizar el iPad Pro (2024). Y claro, en la mesa de trabajo tenía una de las tablets más caras y potentes del mercado y la Redmi Pad Pro, un modelo que, pese a no quitarse de encima la etiqueta de «tablet barata», tampoco perdía el orgullo de mostrar características. Porque, ¿podría obtener una experiencia similar con un dispositivo que vale una décima parte? Tocaba averiguarlo.
Índice de Contenidos (9)
Ficha técnica de la Redmi Pad Pro
Xiaomi Redmi Pad Pro |
|
---|---|
PANTALLA |
Panel IPS LCD de 12.1 pulgadas Resolución de 1600 x 2560 píxeles Refresco de 120 Hz Dolby Vision 600 nits (HBM) |
DIMENSIONES Y PESO |
280 x 181.9 x 7.5 mm 571 g |
PROCESADOR |
Qualcomm Snapdragon 7s Gen 2 |
RAM |
6 GB LPDDR4X |
ALMACENAMIENTO |
128 GB UFS 2.2 |
CÁMARA TRASERA |
8 MP |
CÁMARA FRONTAL |
8 MP |
BATERÍA |
10.000 mAh Carga de 33 W |
SISTEMA OPERATIVO |
Android 14 HyperOS |
CONECTIVIDAD |
Wi-Fi 802.11 Bluetooth 5.2 USB tipo C |
OTROS |
Cuatro altavoces Sonido de alta resolución de 24 bits/192 kHz |
PRECIO |
Xiaomi Redmi Pad Pro + Funda – Tablet de 12,1” 2,5K (Snapdragon 7s Gen 2, 6GB de RAM, 128GB de ROM, 4 Altavoces, WiFi + Bluetooth 5.2, batería de 10000 mAh), Gris (Versión ES)
Diseño, pantalla y sonido: poco que objetar para el precio
La Redmi Pad Pro es una tablet que se siente como su apellido, Pro. Muy bien construida, con un aluminio que le sienta perfectamente al tacto, su peso no se me hace exagerado (pese a que no es ligera) y es suficientemente manejable como para que llevarla a cualquier parte no sea un problema.
Versátil, con una gran superficie para interactuar con su pantalla, los marcos son bastante delgados y con todo lo necesario para disfrutar del contenido multimedia, Jack de 3,5 mm incluido. Es una tablet de cantos rectos (mal) con los bordes suavizados (bien): no se marca en la mano ni durante largo tiempo sosteniéndola.
La disposición es la habitual en los dispositivos de su estilo: según se sostiene de frente en vertical, los botones de volumen quedan en la esquina derecha y el de encendido en la parte superior derecha; dispone de cuatro altavoces laterales (dos en el borde inferior y otros dos en el superior), y en el canto inferior se sitúan el puerto USB C y el y citado Jack de auriculares.
El metal ofrece un acabado pulido y con una ligera textura rugosa que no sólo facilita el agarre, también dificulta el anclaje de las huellas dactilares. La pantalla dispone de un acabado oleofóbico y no es demasiado sucia; por lo que, en conjunto, no se hace muy necesario andar con el trapo antimanchas (ni en la sesión de fotos, aleluya). Sí que retienen algo de polvo los objetivos, que son gigantescos.
Hablemos de la cara trasera de la Redmi Pad Pro. Limpia, con el nombre de «Redmi» como única decoración y con una cámara posterior y flash que sobresalen mucho del cuerpo. Muchísimo, estos elementos son exagerados y rompen con la elegancia y sobriedad del diseño. Y sin que la tablet destaque especialmente en fotografía, como detallaré más adelante.
Pantalla
Ni siquiera la tablet más potente de Xiaomi, la Xiaomi Pad 6S Pro 12.4, equipa paneles OLED, por lo que tampoco esperaba esta tecnología en la Redmi Pad Pro (la marca se reserva estos paneles para sus smartphones). Eso sí, no es que la Redmi Pad Pro monte un mala pantalla, que para el precio que tiene el dispositivo se basta y se sobra para sobresalir en cualquier entorno. Excepto en exteriores y a plena luz del día, ahí sí que sufre. Algo lógico tratándose de una tablet.
Los datos técnicos dejan en buen lugar a nuestro protagonista de análisis: pantalla LCD IPS de 12,1 pulgadas con resolución de 2.560 x 1.600 píxeles; dispone de refresco variable con un máximo de 120 Hz; el brillo pico para contenido HDR asciende hasta los 600 nits; el aprovechamiento del frontal es del 83,6 %, y el ratio es de 16:10.
He apreciado ciertas dificultades con los ángulos de visión, los colores varían de tonalidad al inclinar la tablet. También varía en exceso la retroiluminación del panel: el brillo baja de forma notoria con la inclinación (lo ideal es mantener la pantalla completamente perpendicular a la vista). Pese a que no se pierde la noción de lo que se reproduce en pantalla, sí que sufre alteraciones que reducen la sensación de calidad del panel.
La respuesta al toque es buena, el calibrado por defecto se me hace algo frío, en la retroiluminación predomina cierta tonalidad amarillenta, en el modo estándar Xiaomi mantiene una saturación ajustada y el brillo automático es demasiado rebelde: cambia constantemente, a menudo dejando la pantalla tan oscura que cuesta apreciar los detalles. Con otro punto a destacar: de noche y en completa oscuridad deslumbra ligeramente (no es mal soporte de lectura, incluye un modo de iluminación indicado para ello).
Sonido
Este apartado me sorprendió especialmente de la Redmi Pad Pro, es una de los dispositivos económicos con mejor sonido que he probado últimamente: si alguien quiere una buena tablet en relación precio/audio, ya tiene ganadora.
Cuatro altavoces y suficiente potencia para hacerse notar incluso en la distancia. El sonido es de calidad, aunque a máximo volumen los agudos destacan en exceso, incluso con cierta distorsión metálica. Los bajos tienen pegada, ver una película de acción en la Redmi Pad Pro maximiza la experiencia sensorial. Es compatible con Dolby Atmos, medí una presión sonora máxima de 89 dB y encontré otro aspecto que aprecié positivo: las cámaras de resonancia de los altavoces no transmiten excesiva vibración al cuerpo de la tablet. Sostenerla con el audio a máximo no transmite incomodidad (aunque puede dejar sordo, doy fe).
Los auriculares se llevan bien con la tablet: tanto da que se use cable, con ese bienvenido puerto de 3,5 mm, como emparejando un dispositivo de audio por Bluetooth. Sonido de calidad, con matices, HyperOS incluye mejoras auditivas por software (sonido de Xiaomi y el citado Dolby Atmos), dispone de ecualizador gráfico de diez bandas y es compatible con los códecs Bluetooth habituales: SBC, AAC, aptX (normal, HD, Adaptive y TWS+) y LDAC.
Rendimiento, software y autonomía: demasiadas lagunas
Entremos en la potencia bruta. ¿Cómo se le da el rendimiento a la Redmi Pad Pro? Tras esta pregunta retórica a mí se me ocurre un «regulinchi»: si bien en líneas generales no da problemas a la hora de mover juegos y la capa, he apreciado demasiados tirones en el día a día como para llevarme la mejor impresión en este apartado.
El Snapdragon 7s Gen 2 elegido por Xiaomi debería comportarse a las mil maravillas en todas las situaciones, pero lo cierto es que peca de estabilidad y de potencia máxima. No sólo por las capacidades del procesador, también por la penalización del propio HyperOS: se nota mucho el peso de la capa de Xiaomi.
Algunos saltos en las animaciones al saltar entre apps, la interfaz se me ha congelado alguna vez con determinados procesos en segundo plano (como actualizar las aplicaciones), el teclado en pantalla a menudo tarda segundos en aparecer y los juegos, pese a que el aspecto gráfico se mantiene a un nivel decente, también se ven penalizados por cierta inconsistencia en el rendimiento. Disponer de memoria RAM LPDDR4X y almacenamiento UFS 2.2 no es un alivio para la ejecución del software.
Toca averiguar los números de benchmark enfrentando a la Redmi Pad Pro contra nuestros tres habituales: Geekbench, 3D Mark y PC Mark.
xiaomi Redmi pad pro |
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procesador |
Qualcomm Snapdragon 7s Gen 2 |
memoria Ram |
6 GB LPDDR4X |
geekbench (6) |
Single core: 965 Multicore: 2.847 |
3d mark wild life unlimited |
3.031 |
pcmark work 3.0 |
12.512 |
Los números obtenidos dejan bien claro que la potencia bruta no es la cualidad más subrayable de la tablet. Nada que objetar, Xiaomi no apunta a esa diana, pero sí que me habría gustado una mayor consistencia general en la experiencia de uso. Es probable que con las sucesivas actualizaciones de software Xiaomi logre corregir alguno de de estos inconvenientes de ejecución. Además, siempre se le puede sacar un extra eliminando todo lo superfluo de HyperOS, que es mucho.
Software
HyperOS y bloatware es casi un sinónimo, especialmente en los dispositivos Redmi, que son los más económicos del portafolio de Xiaomi. Pese a ello, he apreciado mucha más limpieza de la que me esperaba: no hay un exceso de juegos preinstalados y las apps superfluas pueden eliminarse sin demasiado problema. El desinstalado presente en HyperOS es perfecto para la tarea, lleva gustándome desde MIUI.
La interfaz de sistema se adapta bien a la experiencia tablet con una plantilla que se acomoda tanto al uso en vertical como al horizontal. El dock inferior con los accesos directos es ideal para tener a mano todo lo necesario para el día a día y también destaca las apps recientes, a lo iPadOS.
HyperOS permite trabajar con dos aplicaciones a la vez gracias a la pantalla partida, el uso de ventanas flotantes aumenta la productividad sin que la ejecución se vea lastrada en exceso por el hardware y las funciones del lápiz complementan el uso como soporte de escritura y de dibujo.
Junto con la Redmi Pad Pro estuve probando los accesorios de la tablet: el lápiz y la funda teclado. HyperOS se complementa perfectamente con ellos, como decía: la latencia del Redmi Smart Pen es mínima, los trazos sobre la pantalla son muy precisos y la sensación de calidad y respuesta que arroja están a la altura de una tablet mucho más cara. Lo mismo con la funda teclado, aunque con matices: su construcción y encaje de la tablet parecen las de una funda no oficial. Pese a esto, la escritura tecla a tecla con el conjunto no decepciona.
HyperOS es una capa muy pesada, también es de las que más opciones ofrece al usuario. Personalización máxima, controles de ajuste para casi todas las funciones de software y hardware, se conecta fácilmente con otros dispositivos de Xiaomi para facilitar la multitarea entre todos ellos, admite duplicación de apps, Xiaomi incluye servicios añadidos si se registra la cuenta en la tablet (como un segundo sistema de localización) y, también, múltiples sugerencias a modo de publicidad. Como recomendación de aplicaciones en las carpetas, en el cajón de apps y anuncios en la pantalla de bloqueo. Esto puede desactivarse.
Batería
Los 10.000 mAh de capacidad que monta la Redmi Pad Pro deberían de ser suficientes como para hacer de la tablet un complemento para varios días. Es tal que así, ya que me ha aguantado diversas jornadas con una carga y como uso esporádico. En este punto me ha sorprendido el reducido consumo con la pantalla apagada, aquí hacen muy buen trabajo el procesador y la optimización de HyperOS.
En términos de consumo, con varias horas diarias de navegación y streaming bajo WiFi, la Redmi Pad Pro aguanta dos o tres días sacando más de diez horas de pantalla de media. El problema llega con el consumo a máximos, como los juegos con alta carga gráfica: según lo que he medido, el gasto de batería se sitúa en torno al 20 % cada hora (sobre un 10 % reproduciendo contenido en streaming bajo WiFi). Subir de vueltas al procesador le saca los colores a la batería, siempre sin que se note apenas calentamiento: el sistema de refrigeración pasiva de la tablet está muy conseguido.
La autonomía no está a mal nivel, pero tiene un ya habitual lastre: Xiaomi no incluye el cargador con la tablet, por lo que hay que aprovechar el que haya por casa. La marca asegura que es compatible con carga rápida de hasta 33 W, durante mis pruebas alcancé un máximo de 28 W. Con los siguientes tiempos de 0 a 100:
- 5 minutos de carga: 4 % de batería.
- 10 minutos de carga: 10 % de batería.
- 20 minutos de carga: 21 % de batería.
- 30 minutos de carga: 32 % de batería.
- 50 minutos de carga: 54 % de batería.
- Total: 1 hora y 35 minutos.
Cámaras: no hace fotos geniales, pero tampoco se defiende mal
Las tablets no son dispositivos pensados para obtener contenido multimedia, es algo que a nadie va a chocarle. Grandes, pesadas, son como conducir un autobús para salir a comprar el pan. Eso sí, los fabricantes decidieron no dejarlas por completo de lado a la hora de hacer fotos, como le ocurre a la Redmi Pad Pro. Y eso que mirándola es fácil prejuzgarla.
«Dime de qué presumes y te diré de lo que careces». Éste fue el dicho que vino a mi mente cuando me encontré con los dos enormes módulos fotográficos traseros, el propio de la cámara y el del flash LED. En lo técnico, los datos de la Redmi Pad Pro quedan tal que así:
- Cámara posterior. Sensor de 8 megapíxeles con objetivo que ofrece apertura f/2.0 y distancia focal de 2,783 mm. El tamaño del sensor es de 3,66 x 2,74 mm (1/4 de pulgada).
- Cámara frontal. Sensor de 8 megapíxeles con apertura f/2.28 y distancia focal de 1,93 mm. Tamaño del sensor idéntico a la cámara trasera: 1/4 de pulgada.
- La Redmi Pad Pro incluye flash trasero.
Pareja de cámaras de 8 megapíxeles, una por delante y otra por detrás. El rendimiento no aspiraba a ser muy alto y el tamaño de los objetivos traseros resulta pretencioso. Tuvieron que venir las pruebas fotográficas para callarme la boca.
No es que la Redmi Pad Pro tenga la cámara de un smartphone, pero se defiende mucho mejor de lo que parece. Las tomas a la luz del día tienen suficiente detalle y no acusan de excesivo ruido a simple vista. Saturación controlada, colorimetría bastante justa, hace lo que puede con el rango dinámico pese a ofrecer HDR (tiende a sobrexponer subiendo los valores de ISO, incluso quemando áreas iluminadas) y hasta aplica cierto bokeh sin que la app incluya modo retrato.
Esta foto me parece bastante lograda para ser obtenida por una tablet que cuesta 300 euros. Gran detalle, la cámara mantiene en foco todo el sujeto (el punto de enfoque está marcado manualmente), hay que hacer zoom para apreciar el ruido y las acuarelas y hasta mantiene en equilibrio el color. El balance de blancos es acertado.
Con la caída de luz obviamente la cámara sufre. Pero, nuevamente, no me parece tan mal desempeño tratándose del tipo de dispositivo que es y de su economía. Tiene modo noche sin que logre hacer mucho con muy poca luz, carece de ajustes manuales y la app de cámara de HyperOS acusa de falta de ajustes, habitual en una tablet.
El ruido y las acuarelas deslumbran las fotos con media y baja iluminación, a menudo hasta hacerlas casi inservibles. Y la cámara frontal se mantiene más o menos en línea, las dos ofrecen un sensor parecido pese a que los objetivos son diferentes.
En grabación de vídeo los recortes en hardware y software pesan mucho más, sobre todo en la calidad resultante: las tomas no son excesivamente malas, algo apagadas en color, el autoenfoque suele trabajar en exceso y la resolución máxima que obtiene es 1080p y 30 fps. Los resultados son similares por delante y por detrás. Y en videoconferencias es donde más partido se le saca a esa cámara delantera: la Redmi Pad Pro es válida para Google Meet y similares. Sin que la calidad de vídeo sea una maravilla.
A continuación tienes una muestra de fotos sin editar y tomadas por la Redmi Pad Pro. Accede a este álbum de Google Fotos para verlas.
Xiaomi Redmi Pad Pro, la opinión y nota de Xataka
Las sensaciones que me deja la tablet fueron muy positivas, especialmente por todo lo que ofrece para ser un modelo económico. Que tengamos esa pantalla de 12,1 pulgadas, la construcción de lujo, un gran sonido y un procesador reconocible en una Redmi Pad Pro que parte de los 300 euros es digno de agradecerle a Xiaomi. Sin que ello empañe los inconvenientes, que los tiene.
Pese a que el Snapdragon 7 Gen 2 debería ser un SoC competente, en esta tablet se «arrastra» más de lo que debería. El consumo a máximo rendimiento es alto, el brillo automático y los ángulos de visión de la pantalla necesitan mejorar, HyperOS devora recursos pese a las grandes ventajas que aporta su modo tablet y los módulos de cámara traseros son descomunales para las fotografías tan discretas de la Redmi Pad Pro, pese a que no tenga tan malas cámaras. Desentonan en el marco de un diseño y construcción envidiables.
Es una gran recomendación, no se me ocurriría elegir otro modelo si quisiera una buena tablet Android y mi presupuesto fuese ajustado: tanto para reproducir contenido multimedia como soporte de estudio, toma de notas y dibujo, no hace falta gastarse más. La Redmi Pad Pro da mucho más de lo que cuesta, ésta podría ser la frase con la que resumir el análisis.
8,2
8,75
8,25
7,5
7,5
8,75
A favor
- Construcción de excelente calidad para el precio.
- Buen sonido.
- Pantalla de grandes dimensiones y con alta resolución.
En contra
- El procesador se muestra más justo de lo que debería.
- HyperOS no termina de estar optimizado.
- Sin cargador en la caja.
Xiaomi Redmi Pad Pro + Funda – Tablet de 12,1” 2,5K (Snapdragon 7s Gen 2, 6GB de RAM, 128GB de ROM, 4 Altavoces, WiFi + Bluetooth 5.2, batería de 10000 mAh), Gris (Versión ES)
Este dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Xiaomi. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
Imagen | Iván Linares
En Xataka | Mejores tablets (2024): cuál comprar y 12 modelos recomendados para todos los bolsillos y necesidades
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La noticia
Xiaomi Redmi Pad Pro, análisis: va a ser muy difícil que no la recomiende a partir de ahora
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Iván Linares
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