Los millonarios no tienen suficiente con comprarse coches de lujo. También necesitan garajes de lujo
Cuando pensamos en las casas de los más pudiente del planeta nos imaginamos arquitecturas imposibles, casas levantadas a partir de los sueños de quien dispone de una cartera ilimitada. Sin embargo, algo parece estar cambiando en torno a la forma en que construyen sus “palacios”. Si antes soñábamos con las viviendas de los millonarios, ahora lo vamos a hacer con sus garajes, convertidos en una suerte de cuevas exclusivas para exponer sus maravillas a cuatro ruedas.
Garajes convertidos en galerías de arte. Contaba a la CNN Gil Dezer, promotor inmobiliario y multimillonario, que en su torre residencial lo de menos son las vistas a una playa de Miami. Lo que a él le gusta realmente es admirar sus coches a través de los grandes ventanales interiores: todos los cuartos tienen una vista directa para admirar sus once bólidos favoritos, entre ellos un McLaren Speedtail o un Bugatti Chiron, valorados cada uno en más de un millón de dólares.
Como veremos a continuación, no hay límites para convertir los garajes en espacios fastuosos cuando no tienes que preocuparte del dinero. Desde rascacielos con ascensor “solo” para coches, hasta suelos calefactados, luces personalizadas, o incluso televisores que posiblemente cuestan más que tu vivienda. Un filón que algunos estudios de arquitectura han detectado antes que el resto.
Pantallas imposibles. Uno de los estudios más avispados con esta nueva “necesidad” de los millonarios fue SHH Architecture and Interior Design, con base en Londres y fundada por Graham Harris. La tendencia les daba barra libre para innovar en espacios donde jamás se había hecho, convirtiendo y mezclando conceptos como las guaridas de lujo para hombres y los garajes, todo ello para crear espacios en los que uno se puede relajar y guardar el coche.
Harris explicaba que, al fusionar el garaje y la tradicional sala de estar del sótano estadounidense, estas “cuevas exclusivas” de súper lujo pueden incluir desde simuladores avanzados de carreras de autos con pantallas envolventes o auriculares de realidad virtual, hasta todo tipo de bares elaborados, boleras de tamaño real, simuladores de golf o pantallas gigante para ver deportes. De hecho, el jefe del estudio cuenta que una de las pantallas más demandadas es la Samsung ‘Wall’ (una LED hecha a medida), con un precio inicial de 385.000 dólares.
Dezervator. Dezer estaba tan obsesionado con poder montarse en su vehículo desde su casa que tomó la decisión más “fácil” en 2017. Su firma Dezer Developments patentó, junto al estudio de arquitectura Sieger Architects (SSA), un concepto de ascensor para coches. Sí, el hombre construyó una torre o rascacielos llamada Porsche Design Tower, y en cada planta hay un garaje con estación de carga para eléctricos. El Dezervator, el ascensor patentado, lleva a los propietarios directamente a la casa con su coche.
¿Cómo? Al parecer, en la tecnología empleada los residentes de la Torre pueden acceder al ascensor gracias a unas etiquetas RFID que se escanean a través del sistema. Una vez entras en el rascacielos con el vehículo, la tecnología guía a los conductores mediante luces hasta el ascensor correcto que les lleva a su vivienda. Entre otras celebridades, cuando Messi fichó por el equipo de Miami se fue a vivir a la Torre.
Bentley Residences. Y como no hay una sin dos, Dezer ha puesto en marcha otro complejo en Miami de características similares. Será una torre de 62 pisos que más de 200 metros de altura, una donde, en vez de uno, habrá hasta cuatro Dezervator. No solo eso. Los elevadores serán más grandes y habrá cabida para hasta cuatro vehículos. En total, 216 apartamentos (con piscina) con precios que van desde los cinco hasta los 35 millones de dólares. El complejo Bentley Residences se espera que esté terminado para el año 2026.
Más lujo en la city. Desde Londres también llega otra de las firmas punteras en convertir garajes en espacios majestuosos. Thorp Design, un estudio de arquitectura y diseño de interiores, construyó un garaje donde el cliente quería todas las comodidades, “cuenta con una cocina y un baño ocultos detrás de estanterías personalizadas diseñadas para exhibir una maravillosa colección de literatura sobre automóviles. También es ecológico con paneles solares en el techo y baterías Tesla ocultas en la carpintería”, explica el estudio.
El estudio de diseño ND Studios también se ha sumado a este boom, “tenemos un garaje que rodea una sala de juegos con ventanas de cristal, transformando la colección de coches del cliente en una colorida exhibición de arte. El garaje en sí es un espectáculo, con un techo iluminado, tocadiscos dinámicos y una pared llena de televisores”.
Garajes con aroma a 007. El estudio No 1, también en la city, explicaba que en Mayfair, donde caminar ya es un lujo, los dueños de una urbanización de 44 apartamentos pueden guardar sus coches en Vault, un sistema de aparcamiento automatizado sacado directamente de una película de James Bond, “los conductores entran al nivel de la calle y estacionan su vehículo en un gran espacio. Luego, el vehículo es llevado cuatro niveles bajo tierra, antes de estacionarlo en una de las 47 estaciones”.
No solo eso, Vault cuenta con un sistema automatizado donde los vehículos están listos de regreso a la cima según la hora que comienzan la jornada sus dueños, cuenta con un sistema inteligente que utiliza el reconocimiento automático de matrículas y está protegido con contraseña para máxima seguridad.
Los extras de tener estas flotas. Lo hemos contado en más de una ocasión, estos coches de ensueño que ahora parecen “vivir” mejor que millones de personas, no solo tienen el coste inicial para hacerse con uno, hay muchos más extras. De hecho, a veces lo difícil no es comprarse una unidad de lujo, es mantenerlo. El coste de tenerlo “a punto” es inviable para la mayoría de las personas, y si tienes la mala suerte de que tenga que pasar por un taller, la reparación puede fácilmente costar lo que un sedán normal.
Estudio: coches, ricos y la felicidad. Llegamos al final de este paseo por el lujo más extremo de los millonarios y sus vehículos, haciéndonos la gran pregunta: ¿por qué tanta ostentación? ¿acaso les da la felicidad? Hace unos años, dos investigadores estadounidenses, Thomas J. Stanley y William D. Danko, sorprendieron a Estados Unidos con su libro The Millionaire Next Door,
En el mismo, entrevistaron a 1.000 estadounidenses con una riqueza neta promedio de 3,7 millones de dólares. Cada entrevista constaba de 249 preguntas. Prácticamente todos se veían como frugales, y cuando les preguntaron por sus hábitos, encontraron lo siguiente:
- El 50% de los millonarios había pagado 399 dólares o menos por el traje más caro que jamás compraron y el 75% nunca había pagado más de 599 dólares.
- El 50% de los millonarios encuestados nunca había gastado más de 140 dólares en un par de zapatos y el 75% nunca había gastado más de 199 dólares.
- El 50% de los millonarios nunca en su vida había gastado más de 235 dólares en un reloj de pulsera y el 75% sólo había pagado menos de 1.125 dólares.
- El 50% de los millonarios nunca gastó más de 29.000 dólares en un vehículo de motor y el 95% nunca había gastado más de 69.000 dólares.
Por último, separando el 14% de los millonarios que habían heredado su riqueza (y que en promedio gastaron más de 36.000 dólares en un automóvil), los millonarios del estudio gastaron un promedio de sólo 27.000 dólares en sus vehículos de motor más caros.
Segundo estudio. Una década después, Stanley volvió a interrogar a los “pudientes” del estudio anterior. Descubrió que en los diez años anteriores, más del 99% de los millonarios encuestados no habían comprado ni alquilado ninguno de los siguientes vehículos de motor: Aston Martin, Lamborghini, Lotus, Ferrari, Rolls Royce y Bentley. Además, el 79% no había comprado ni alquilado un BMW, el 79% no había comprado un Lexus, y el 75% no había alquilado un Mercedes. Sorprendentemente, el coche más común conducido por los millonarios estadounidenses no era un coche de lujo, sino un Ford normal.
Todo esto nos lleva a otra pregunta. Entonces, ¿hay menos “Gil Dezer” en el mundo de los que pensamos? Es posible, aunque también lo es que incluso siendo millonario, hay “clases y clases”.
Imagen | Porsche Design Tower, Dezer Developments, British Land
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