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La mayoría de las ráfagas rápidas de radio se repiten solo una vez. Tenemos una nueva forma de averiguar por qué

Las ráfagas rápidas de radio (FRB) son un misterio del cosmos. Misteriosas señales de radio, algunas de las cuales llegan como un rápido estallido y se van, otras se repiten en periodos regulares de tiempo. El por qué es solo una de las preguntas que acarrean estas señales, al menos hasta ahora.

Ráfagas singulares. Un nuevo estudio ha analizado las FRB singulares, aquellas que no se repiten, enfocándose en su polarización. Sus datos indican una importante diferencia con las FRB repetitivas, lo que quizás nos permita distinguir la diversidad de sus orígenes.

La incógnita de las ráfagas. Las ráfagas rápidas de radio son violentas emisiones de ondas electromagnéticas (ondas de radio en este caso) que llegan desde puntos alejados en el espacio. Estas violentas ráfagas,capaz de transmitir millones de veces superior a la de nuestra estrella tan solo suelen durar unos milisegundos y llegan sin una procedencia obvia.

Hasta ahora se han identificado y catalogado alrededor de un millar de estas ráfagas. De ellas se estima que el 3% de estas ráfagas son repetidas, mientras que el resto son estallidos singulares.

CHIME. El nuevo estudio de estos fenómenos se basa en el catálogo del radiotelescopio CHIME (Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment). Este telescopio, en lugar de enfocarse en un área específica de la bóveda celeste es capaz de realizar amplios barridos es esta, abarcando un área mucho mayor.

El equipo halló un total de 128 ráfagas singulares en este catálogo. En un primer vistazo comprobaron que el origen aparente de estas FRB eran galaxias no muy distintas a la nuestra, explican, con densidad y campo magnético “modestos”.

Polarización. El equipo puso su atención en otro aspecto más: la polarización de las ondas electromagnéticas. La polarización de una onda es el ángulo con el que avanzan las ondas electromagnéticas. Algunas fuentes de luz emiten polarizada (en una sola dimensión, como ocurre con la mayoría de las pantallas), mientras que otras emiten en un rango amplio (como la luz que nos llega del Sol, por ejemplo).

“En lugar de mirar simplemente cuán brillante es algo, estamos también mirando cuál es el ángulo de las ondas electromagnéticas vibrantes,” explicaba en una nota de prensa Ayush Pandhi, coautor del estudio. “Nos da información adicional sobre cómo y dónde se produjo esa luz, y qué ha atravesado en su viaje a lo largo de muchos millones de años luz.”

Comparando FRB. Al comparar las FRB singulares analizadas en este estudio con las repetitivas, el equipo observó algunas diferencias. Por ejemplo pudieron comprobar que al menos 89 de estas FRB estaban linealmente polarizadas, algo que parece ser menos habitual en el caso de las ráfagas repetidas.

Los detalles del trabajo fueron publicados recientemente en un artículo en la revista The Astrophysical Journal.

Mucho por aprender. La polarización de estas ráfagas puede ofrecernos información valiosa que utilizar en conjunto a otras variables como la frecuencia (el “color” de estas ondas) e intensidad de las emisiones. Con estas variables quizás lo tengamos más fácil para descubrir el lugar en el que se originan.

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Imagen | CHIME (foto), Dunlap Institute (ilustración).

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