Teletrabajo desde hace años: el ventilador de techo me ha salvado la vida los veranos
Vivo y teletrabajo en Madrid, y eso supone que durante el verano las cosas se pongan difíciles. La habitación que usamos como despacho en casa recibe mucha luz hasta las 14:00 aproximadamente, y la temperatura en el interior de la casa en general y de esa habitación en particular suele ser elevada en los meses más calurosos.
Durante mucho tiempo acudí al aire acondicionado para sobrellevar esas situaciones, pero esa opción tiene muchos inconvenientes. En mi caso la instalación es única y se basa en una serie de conductos que llegan a todas las habitaciones: o activas el aire acondicionado en toda la casa, o no lo activas en ninguna de sus habitaciones.
Esa falta de un control “fino” que me permita por ejemplo reducir la temperatura solo del despacho siempre ha sido un inconveniente importante, sobre todo porque el aire acondicionado sale muy caro.
No ayudaron tampoco las notables subidas de precio que se produjeron hace unos años, y aunque es cierto que los precios de la luz en España se han desplomado durante los últimos meses, el aire acondicionado se convierte en un lujo. Bajar la temperatura en el despacho supone bajarla en toda la casa a pesar de que durante la primera parte de la jornada es este despacho en el que paso todo el tiempo.
La situación empezaba a ser preocupante precisametne por esos dos factores —precio de la luz, ineficiencia del aire acondicionado—, y en casa comenzamos a buscar alternativas. Tras comentarlo en mi círculo, alguien me comentó que quizás debería probar con un ventilador de techo, y tras investigar esa opción decidí que parecía prometedora.
Y vaya si lo era. Una vez tomada la decisión, fuimos a un centro comercial y pedimos ayuda a uno de los dependientes de la sección en la que disponían de varios ventiladores de techo.
Necesitábamos uno con luz —la lámpara que usaba hasta entonces era sustituida por ese ventilador—, y a partir de ahí esa persona nos guió con el resto de las opciones más relevantes al buscar un ventilador de techo.
Es importante tener clara la superficie a ventilar, el tipo de motor (DC más recomendable por ser más eficiente y silencioso) o una opción que a mí me parece imprescindible si pones uno en la habitación en la que duermes (acabamos haciéndolo también): un mando a distancia con temporizador. Esta última característica permite activar el ventilador y que luego se desactive al cabo de un tiempo (normalmente periodos de 1 o 2 horas).
Una vez elegido el modelo, un Arte Confort Creta de 189 euros en Leroy Merlin, tocaba instalarlo. Aquí cada ventilador es un mundo, pero por lo general el proceso es bastante sencillo y asequible incluso para personas sin demasiada experiencia con tareas de bricolaje. Las marcas e incluso los grandes comercios suelen ofrecer vídeos explicativos que permiten completar la instalación de forma sencilla.
Y lo mejor de todo, por supuesto, es disfrutar del ventilador. En mi caso el modelo que tengo en el despacho estaba incluso sobredimensionado, y aunque tiene seis niveles de velocidad —siendo el seis el que más aire mueve—, suelo ponerlo al nivel dos y alguna que otra vez al tres si el calor aprieta especialmente.
A esas velocidades además los ventiladores suelen ser completamente silenciosos: es desde luego mi caso, y el ventilador de techo cuenta además con una luz que se puede controlar tanto en intensidad (seis niveles) como en tonalidad (fría, caliente, neutra).
Este va a ser el tercer verano que disfruto del ventilador de techo en el despacho y me acabó convenciendo tanto que he acabado comprando otros dos para otras dos habitaciones en las que duermen nuestros hijos por un lado y nosotros por otro. Teniendo en cuenta que hay semanas en las que el calor en Madrid hace difícil dormir, activar el temporizador y dejar el ventilador actuando un par de horas es una verdadera bendición para dormir a gusto.
Pero como explicaba, es sobre todo al trabajar donde esa brisa tan agradable y silenciosa se agradece especialmente. El uso del aire acondionado se ha reducido muchísimo, y la factura de la luz aún más.
Gracias a que el consumo del ventilador de techo es bajísimo, el ahorro durante los meses veraniegos es notable. Una verdadera maravilla que no paro de recomendar a amigos y familiares y que creo que es una solución perfecta.
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión