El martes 4 de junio nadie podrá circular en la autopista A-1 de Suiza entre las regiones de Avenches y Payerne (en el cantón de Vaud). Al menos entre las 21:00 y las 09:00 del miércoles 5 de junio. Un lapso de tiempo que durará 36 horas y que vaciará las carreteras de coches.

Lo hace por un buen motivo. Al menos, un motivo suficiente para quienes no quieran ver destruido su coche. En esas 36 horas, este tramo de carretera de poco más de 10 kilómetros no será recorrido por automóviles. Será recorrido por aviones de combate que despegarán y aterrizarán en la autopista.

Esta medida excepcional forma parte de un ejercicio de maniobras del ejército suizo. Como aseguran los propios organismos oficiales, se trata de un ensayo para que las tropas y los mandos sepan cómo actuar si deben movilizar los aviones desde lugares improvisados.

Desde el propio Estado señalan que estas maniobras son claves para frenar un ataque de largo alcance. Aseguran que sus aviones se reparten en tres bases por todo el país y que, ante un hipotético conflicto bélico, es importante tener claro cómo actuar para descentralizar las unidades. Esto obliga a tener controlados todo tipo de escenarios, incluidos despegues y aterrizajes en una autopista.

La carretera como pista de aterrizaje

No es, ni mucho menos, la primera vez que un avión de combate aterriza o despega desde una carretera. El último gran simulacro de este tipo en tierras suizas se llevó a cabo en 1991. De hecho, el país ya ideó autopistas durante la Guerra Fría que, llegado el caso, permitieran el aterrizaje y despegue de aviones de combate.

Y aunque las fotos que acompañan este artículo son suizas, tampoco este país es el único que ha realizado maniobras para comprobar si sus aviones de combate pueden operar en sus carreteras. En los años 80, por ejemplo, la OTAN realizó diversos ensayos en Alemania para comprobar la viabilidad de operar sobre sus carreteras.

Tampoco estas maniobras eran desconocidas para los alemanes. Durante la II Guerra Mundial, los nazis estaban inmersos en la construcción de grandes autopistas que, finalmente, sirvieron para desplazar a las tropas o transportar grandes repuestos para tanques y otros vehículos de combate. Pero también para el aterrizaje de sus aviones.

Con todo, los aviones de combate han ido creciendo en tamaño y todo tipo de prestaciones, lo que dificulta que las autopistas puedan seguir sirviendo como apoyo auxiliar a estos vehículos. Por eso se hacen estas maniobras, para garantizar que las tropas son capaces de lidiar con ellos llegado el caso.

Por ejemplo, el avión de combate Saab Gripen ha sido diseñado para operar en condiciones extremas. La compañía sueca asegura que este caza puede operar, incluso, con hielo y nieve en la calzada, por lo que despegar desde una autopista o una pista de aterrizaje parece casi lo de menos.

De hecho, desde Saab señalan en sus vídeos promocionales que apenas necesita una pista de 16 metros de ancho y 800 metros en línea recta para detener o lanzar el avión de combate. Y en septiembre de 2023, en Finlandia consiguieron aterrizar dos cazas F-35A en lo que se considera un hito para este modelo.

Antes, Estados Unidos había comprobado que el F-35B podía aterrizar y despegar en su versión STOVL, que toma tierra o despega en vertical, lo que es de gran utilidad en carreteras o portaviones. Pero, hasta no hace muchos meses, no se había conseguido aterrizar el primero de estos dos aviones de combate.

Imagen | Fuerzas Aéreas Finlandesa y Gobierno suizo

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