El “árbol de la vida” es también un árbol viajero. Uno que navegó desde Madagascar hasta Australia hace millones de años
El baobab es uno de los árboles más icónicos del continente africano. Por su singular forma o por su longevidad, estos árboles son apodados los “árboles de la vida” o los “árboles del revés”. Ahora un estudio genético de sus especies nos ha desvelado su origen y evolución.
41 millones de años de baobabs. Un nuevo estudio sobre la genética de este emblemático árbol ha logrado remontarse hasta sus orígenes. Orígenes que estarían en la isla de Madagascar, hace alrededor de 41 millones de años.
Una planta viajera, desde Madagascar las semillas de este árbol habrían llegado hasta el África continental y más allá. A lo largo de su historia evolutiva las semillas de estos árboles alcanzaron las costas de Australia, donde evolucionaron por su cuenta dando lugar a una especie local del árbol.
El baobab. Los baobabs comprenden un género, el de las Adansonias, en el que se distinguen unas ocho especies distintas. La mayoría de ellas puede encontrarse en los bosques secos de Madagascar, salvo dos. Una, la que habita África continental, A. digitata; la otra, la especie A. gregorii, cuyo hábitat se encuentra en el norte de Australia.
El ADN del baobab. Para el nuevo estudio, el equipo analizó muestras de ADN de estas ocho especies conocidas de baobab. Gracias a estos análisis el equipo calculó que el origen de estas plantas está en Madagascar hace 41 millones de años (Ma), y que su diversificación se dio hace entre 20,6 y 12,6 Ma.
Los detalles del análisis pueden consultarse en el artículo publicado en la revista Nature.
Plantas viajeras. Una duda lógica que nos puede surgir en este punto es la de cómo es posible que unas plantas viajaran tanto millones de años antes de la llegada de los seres humanos y los barcos. La respuesta más probable está en las llamadas “balsas de vegetación”. Así lo explicaba a SINC Tao Wan, autor principal del artículo.
“La dispersión a larga distancia se vio probablemente facilitada por el giro del Índico, que es una corriente oceánica que circula hacia el sur pasando por Madagascar, donde recogería semillas de baobab, antes de que la corriente gire hacia el este hasta Australia, donde llegarían. A continuación, la corriente circula hacia el norte y luego gira hacia el oeste pasando por Mauricio y de nuevo hacia África, donde completa el giro”, añadía Wan.
Las especies errantes fueron adaptándose a sus nuevos entornos. Un ejemplo de ello es la evolución de distintas estructuras florales capaces de atraer a distintos polinizadores y otros animales, como esfinges lémures o murciélagos.
Las amenazas. Comprender el origen de este árbol y de su diversidad es un paso importante para su conservación. Sobre estos árboles (como sobre tantos otros) presiones ecológicas como las asociadas a la deforestación y el cambio climático
“Este trabajo ha descubierto nuevas perspectivas de los patrones de especialización en los baobabs, y muestra cómo ha influido el cambio climático en los patrones de distribución y especialización del baobab a lo largo de millones de años” explicaba en una nota de prensa Ilia Leitch, coautora del estudio.
Imagen | Bernard Gagnon