No hay película más maldita que esta: casi la mitad de su equipo sufrió los efectos de la radiación de una explosión nuclear
Uno de los mayores alegatos antibélicos de la historia del mundo se hizo, involuntariamente, en una película que era el biopic de un conocido señor de la guerra: Genghis Khan. ‘El conquistador de Mongolia’ era un proyecto largamente acariciado por John Wayne, pero cuando se estrenó la crítica la calificó de desastre, y pasó casi de inmediato a considerarse una de las peores películas de la historia. Y no, su ridícula historia y el -visto con ojos actuales- intolerable papel de Wayne como conquistador mongol no era lo peor. Esta película fue, literalmente, veneno para quienes participaron en ella.
De las 220 personas del equipo, 91 (el 41%) desarrollaron cáncer de algún tipo en su vida, y 46 murieron por su causa. La mayoría desarrollaron la enfermedad a una edad más joven de lo habitual según las estadísticas. El uso de tabaco, tan habitual en 1956, tampoco explica del todo estas cifras y, además, el uso de nativos americanos no registrados como extras hace que las estadísticas no estén completas. Todo ello hace sospechar la auténtica razón de esta plaga: muy cerca de donde se estaba rodando la película (a 220 kilómetros, en Nevada), el gobierno hizo once tests nucleares, y la radiación pudo afectar al equipo. Los productores lo sabían, pero el gobierno aseguró que los tests no entrañaban peligro ni para el equipo ni para los habitantes de la zona.
Dick Powell, director de la película, desarrolló un linfoma del que murió en 1963. John Wayne murió de cáncer de estómago en 1979 (desarrolló cáncer de pulmón en 1964). Su compañera de reparto, Agnes Moorehead, famosa por su obsesión con la salud y no fumadora, murió de cáncer en 1974. Robert Pendleton, profesor de biología que investigó el caso en 1980, dijo que “con estas cifras, podríamos estar ante una epidemia. La conexión entre la radiación de la lluvia radiactiva y el cáncer en casos individuales ha sido prácticamente imposible de probar de forma concluyente. Pero en un grupo de este tamaño se esperaría que sólo se desarrollaran unos 30 cánceres. Con 91 casos de cáncer, creo que la conexión se sostendría en un juicio”
La relación entre el número extraordinario de enfermedades y la radiación nunca se demostró de forma concluyente pero Howard Hughes, productor de la película, se sintió tan culpable por su decisión de continuar con el rodaje, que quiso comprar y destruir todas las copias de la película. Se gastó 12 millones de dólares en retirarla de la circulación, pero cuando Universal compró todo su fondo de películas en 1979, volvió a ponerla en circulación. Hoy puedes verla sin problemas y la tienes disponible en Filmin y Prime Video.
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