Ni yates, ni enormes mansiones. La inversión más apreciada de Jeff Bezos está colgada en una pared: el arte
Desde los tiempos de los grandes mecenas del Renacimiento, arte y millonarios han ido de la mano. No es extraño, ya que los más adinerados eran los únicos con el suficiente poder adquisitivo como para ser capaces de sufragar los gastos de los artistas en medio de constantes disputas por el poder.
Sin embargo, el apego de los millonarios por el arte ha cambiado su motivación en los últimos siglos, pasando de ser una muestra de poder y prestigio, a una forma de inversión muy rentable y discreta, aunque no siempre ha sido el mejor de los negocios.
Jeff Bezos, el discreto coleccionista de arte
Buena prueba de ello es que es público y notorio que Jeff Bezos atesora un gran yate y varias mansiones en las zonas más exclusivas de Miami, pero poca gente conoce sus inversiones en arte…que también las tiene.
En 2019, se llevó a cabo una de las habituales subastas de arte en la prestigiosa casa londinense Christie’s. En el lote que se ponía a la venta se encontraba la obra ‘Hurting the Word Radio # 2’, una de las obras pertenecientes a la serie de pinturas de texto del vanguardista pintor Ed Rusha. Al final de la puja, la obra alcanzó un valor de puja de 52,5 millones de dólares. Se marcaba un récord en la cotización de la obra del artista.
Un poco más tarde, en la casa de subastas Sotheby’s, la obra ‘Vignette 19’ de Kerry James Marshall, se adjudicaba a un comprador anónimo por 18,5 millones de dólares, quedando como la segunda obra más cara del artista. Tal y como se publica en Artnews, la discreta sombra de Jeff Bezos parece encontrarse detrás de ambas compras.
No importa si es bonito, lo que interesa es que sea rentable
Jeff Bezos no es el único ultrarrico que está invirtiendo en arte. De hecho, esta es una inversión que está creciendo entre los ultrarricos por las ventajas que les aporta la compra de arte con respecto a otros bienes.
Tal y como destacaba Ars Magazine, 2022 marcaba un año lleno de récords, mostrando como el arte se ha convertido en una forma de inversión muy rentable y un vehículo para combatir la inflación, siendo un valor refugio para las inversiones. Obras de artistas consagrados y reconocidos, como Pablo Picasso y Jean-Michel Basquiat se encuentran entre los mejor pagados, y sus obras siempre pujan al alza con respecto al valor de compra, consolidándose como un bien con valor a largo plazo.
Según un informe de la consultora Knight Frank, la rentabilidad del arte se sitúa entre las más interesantes, alcanzando hasta el 30% en 12 meses, y hasta el 109% en inversiones a largo plazo con un horizonte más allá de los diez años.
Por otro lado, inversores con un perfil muy tecnológico, como Jeff Bezos, encuentran en el arte una forma de diversificar sus inversiones, sacando algunos huevos de la cesta principal para asegurarse de que, si vienen mal dadas en el volátil futuro de las tecnológicas, se mantenga el valor de las inversiones.
Por último, a diferencia de la adquisición de acciones, la compra de yates o mansiones, el sector del arte goza de una tradición de hermetismo con la identidad de los compradores y coleccionistas. Eso implica un muro de privacidad con la que muchos de estos ultrarricos se sienten cómodos gastando ingentes cantidades de dinero en obras de arte, sin que se vean sometidos a la opinión pública.
Colecciones millonarias para decorar mansiones
Según datos de Informe de Multimillonarios 2022 de UBS, el 30% de los multimillonarios posee colecciones de arte con un valor promedio de 300 millones de dólares. La edición de 2023 de ese mismo informe, indica que un 11% de esos millonarios tienen intención de seguir engrosando sus colecciones de arte con nuevas adquisiciones, mientras que el 80% no planea vender o reducir su colección a corto plazo.
Este es un indicativo del excelente valor refugio en el que se ha convertido el arte para las grandes fortunas. Los cuadros y otras obras de arte se han convertido en algo mucho más valioso que un simple ornamento para decorar las paredes de las mansiones o yates del 1% de la población más rica del planeta.
Imagen | Imagen | Wikimedia Commons (LAAFBSMSC), Ed Rusha