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En Tailandia han metido a Doraemon en una jaula para hacer un ritual con él. El motivo: necesitan lluvia

De Doraemon sabemos que es un gasto cósmico, robótico, llegado del futuro, aficionado a los dorayakis, amigo de Nobita y que oculta en su bolsillo un arsenal de cachivaches estrafalarios. Mucho menos conocido es su papel en rituales en los que se ruega por la lluvia, que es exactamente el uso que le acaba de dar un grupo de aldeanos de Tailandia hartos de la sequía y la ola de calor que está castigando a parte del Sudeste Asiático. Si la idea resulta peculiar, más aún lo son las imágenes del rito que llevan días circulando por redes: en ellas puede verse a un grupo de tailandeses cargando con un peluche del famoso gato cósmico enjaulado.

La estampa es desde luego llamativa.

Y responde en parte a las tradiciones rituales… y la conciencia animalista.

Hae nang maew. La frase quizás no te diga nada, pero hae nang maew, que podría traducirse como “desfile de gatas”, es el nombre del ritual que celebraron hace poco unos 200 habitantes de varias aldeas de Phayuha Khiri, un distrito del centro de Tailandia. La ceremonia es antigua, sus orígenes se remontan varios siglos atrás, y se relaciona en parte con el ciclo de los cultivos agrícolas.

Cuando se acercaba la temporada de siembra, los lugareños que trabajaban los campos cargaban con una canasta o pequeña jaula con una gata dentro. Durante la ceremonia sacaban al animal en procesión y lo mojaban para que maullase. De esa forma —sostenía al menos la tradición— auspiciaba una temporada de lluvias.

Donde dije gatas… Digo Doraemon. Aunque la tradición parece viva aún, el paso del tiempo ha llevado a los tailandeses a aplicar ligeros cambios al ritual. El principal —como se pudo comprobar durante la ceremonia de Phayuha Khiri— es que ya no usan gatos o gatas reales, de carne y hueso. En su lugar de encerrar un felino en una jaula para rociarlo con agua, optan por representaciones.

Y hay una en concreto, de un gato grande y azul, sin orejas, con ojos saltones, especialmente popular en Tailandia. El resultado puede consultarse en las redes: un grupo de aldeanos tailandeses procesionando con un peluche de Doraemon.


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Pedir lluvias… y levantar ánimos. De la ceremonia se hizo eco, entre otros, Matichon Online, un diario tailandés fundado en los 70. En su crónica puede leerse que los aldeanos, más de 200, atravesaron tres localidades distintas con Doraemon a cuestas. Lo hicieron a última hora del día, para evitar las altas temperaturas de la tarde. Además del peluche encerrado en una jaula con guirnaldas, cargaron con otros dos muñecos. Durante la marcha los lugareños cantaron y bailaron.

Uno de los líderes locales, Phongphan Kerdkham, asegura que hacía una década que no se celebraba el desfile de “Lady Maew”, pero este año decidieron retomarlo por la escasez de precipitaciones. Uno de los grandes objetivos, precisa, es elevar la moral de la población. El ritual les ha servido de paso para alertar de los graves problemas que afrontan los agricultores. Al fin y al cabo, de la procesión se han hecho eco, además de medios tailandeses, otros como la revista Time o IGN.


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¿Doraemon o Dorami? Que los aldeanos prescindiesen de los gatos vivos durante la ceremonia no significa que no esquivasen la polémica. @Singhyam, uno de los primeros usuarios de X en compartir y hacer viral la noticia, asegura que en Tailandia se ha generado un debate en torno a la “legitimidad” de la ceremonia.

Y no porque se hubiese usado en ella el peluche de un personaje manga, sino porque la tradición dicta que el animal debe ser una gata hembra. “El presentador de noticias dijo que deberían haber usado a Dorami“, desliza @Singhyam en referencia a la gata robótica y amarilla hermana de Doraemon.

Peluches para rituales. Aunque la imagen de Doraemon enjaulado y saliendo en procesión en Tailandia puede resultar curiosa, esta no es la primera vez que se usa una de sus figuras en un ritual. Hace años ya pudimos verlo en otra ceremonia similar en Thap Khlo, también en un contexto similar, después de más de un mes sin lluvias y con las cosechas pereciendo en los campos por la escasez de agua.

El razonamiento que entonces hicieron sus organizadores fue parecido al aplicado en Phayuha Khiri: decidieron prescindir de gatos para evitar críticas por tortura animal. En otras celebraciones han podido verse incluso peluches de Hello Kitty.

El telón de fondo. Intencionado o no, los habitantes de Phayuha Khiri han conseguido que medios de todo el mundo, mucho más allá de su distrito, hablen de las condiciones meteorológicas que está sufriendo el país. Y de sus consecuencias.

Hace unos días The Starits Times incidía en la ola de calor extremo que sacude parte de Asia y que ha dejado valores récord en docenas de distritos de Tailandia, unos niveles de demanda de energía históricos y situaciones de riesgo en la capital, Bangkok. En Matichon Online apuntan además que la región donde se ha sacado a Doraemon en procesión padece una “grave sequía” que amenaza los cultivos.

Imagen | Dương Minh Đức (Flickr)

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